Noche Sin Luna

Noche Sin Luna por Marrizz Slash

Prefacio
Bella, mi vida era como una noche sin luna antes de encontrarte, muy oscura, pero al menos había estrellas, puntos de luz y motivaciones... Y entonces tú cruzaste mi cielo como un meteoro. De pronto, se encendió todo, todo estuvo lleno de brillantez y belleza. Cuando tú te fuiste, cuando el meteoro desapareció por el horizonte, todo se volvió negro. No había cambiado nada, pero mis ojos habían quedado cegados por la luz. Ya no podía ver las estrellas. Y nada tenía sentido.


CAPÍTULO I

-¿cuando pensaste que había muerto? ¿Qué sentiste?
-No puedo describirlo. No tengo palabras.
Oh, no…Claro que las tenía.
Una infinidad de palabras, lamentos y verbos negativos llenando mi cabeza. Pero era tan depresivo que tal vez ni Jacob, siendo tan observador y perspectivo, lograría comprender. Siendo exactos, nadie en su sano Juicio llegaría a entenderlo…Por que yo estaba loco de dolor.

El Final

¿Podía un corazón frío y muerto estar roto?. El mío lo estaba, sin duda alguna.
Tomé aire, la decisión ya se había tomado, no podía darme la oportunidad flaquear ahora. Cerré mi cabeza, resultaba sencillo cuando no había voces cantando en ella, ninguna mente rondaba por este lugar…Ninguna, mas que la de ella; Silenciosa, dándose a desear. Mi fortaleza flaqueó una vez mas, Inspiré hondo.
—Bella, nos vamos—escupí. Ahora estaba comenzando
—¿Por qué ahora?, otro año…—comenzó a hablar ella. No parecía comprenderme, ¿A que se refería?. Si tan solo pudiera leerle la mente. La frustración fue tan insoportable como las ganas de preguntar que se estaba imaginando. La refrené. Edward. Recuerda porque estas aquí.
—Bella, ha llegado el momento. De todos modos, ¿cuánto tiempo más podemos quedarnos en Forks? Carlisle apenas puede pasar por un treintañero y actualmente dice que tiene treinta y tres. Por mucho que queramos, pronto tendremos que empezar en otro lugar.
Pareció confundida. ¿Se había imaginado ella otra cosa?, ¿Qué era?. La frustración otra vez. ¿Qué estaba ella anticipando?...Si tan solo le preguntara. Concéntrate Edward. Recuerda para que estas aquí. Lo hice, yo tenía una misión, la oleada de dolor comenzó a embragarme. Oh, ¿Era parte de ser un vampiro?, poder experimentar esa clase de sufrimiento y seguir de pie como si nada. Entonces, no me gustaban del todo mis habilidades. Esto solo me hacia sentir lo más lejano a un humano…Todavía más lejano a ella de lo estaría en un futuro.
Vaya, duele…demasiado
Ella me miró, confusa, y yo. Con el corazón en vilo le dedique la más fría de las miradas. Jamás pensé que eso fuera posible, mirarla de esa manera….¿Quién se lo hubiera imaginado si quiera? Ella siempre había sido la consecuencia de todas las miradas de dicha, deseo y amor que podía expresar en mi larga vida, ó existencia. En el pasado me hubiera parecido el peor de los sacrilegios dedicarle unos ojos llenos de dureza y frialdad. Y aun ahora, aunque estaba haciéndole “el bien” comportándome de esta forma, Sentía como si fuera el más sucio de los criminales. Después de todo, ¿Quién podría permanecer indigente cuando enfrente de el se hallaba el ángel más hermoso del cielo?
Yo, por supuesto
—Cuando dices nosotros…—susurró
—Me refiero a mí y a mi familia—hablé claro y conciso, esperando que entendiera el punto a donde quería llegar. Ya era demasiado insoportable la incertidumbre de saber como reaccionaría.
—Está bien. Voy contigo—dijo, segura de si misma.
Que más quisiera yo.
—No puedes, Bella. El lugar a donde vamos no es…apropiado para ti.
—El sitio apropiado para mí es aquel en el que tú estés.
No, Esa era una mentira, su sitio idea era lejos de mi. Lejos de el monstruo, a salvo…Con los humanos. Uno no puede juntar el agua y el aceite, un ángel y un demonio no pueden convivir. Es tan poco natural. Aunque el demonio se este desgarrando por dentro, tal vez, como dice Carlisle, merezca un mérito por ser diferente pero… Yo vivo en el infierno, ella en el cielo... ¿La iba a jalar a lo más oscuro del averno conmigo?
¡NO!
—No te convengo, Bella.
—No seas ridículo. Eres lo mejor que me ha pasado en la vida—Su voz era de suplica, Otra mentira, era bastante extraño que ahora se le diera tan bien el mentir. No titubeaba no tenía aquellos ojos llenos de angustia cada vez que decía falsedades. Estaba allì, segura de si misma…sus ojos inescrutables. ¿Cómo le era fácil mentir en este momento?
—Mi mundo no es para ti —repusé con tristeza.
—¡Lo que ha ocurrido con Jasper no ha sido nada, Edward, nada!
—Tienes razón. Era exactamente lo que se podía esperar— Y lo era, ¿Cuándo ella le daba importancia a lo grave?, ¿Cuándo reaccionaba como lo haría alguien normal?. Era Ilógico y verdaderamente estúpido el hecho de que ella creyera, que estuviera segura de, siquiera creer en su estabilidad junto a mi. Si no era capaz de protegerla de mi mismo, de mi familia. ¿Cómo la protegería de otros…?
—¡Lo prometiste! Me prometiste en Phoenix que siempre permanecerías...
—Siempre que fuera bueno para ti —le corregí.
—¡No! ¿Esto tiene que ver con mi alma, no? Carlisle me habló de eso y a mí no me importa, Edward. ¡No me importa! Puedes llevarte mi alma, porque no la quiero sin ti, ¡ya es tuya!
El demonio se lleva a Ángel al Averno, El egoísmo gana. En otras circunstancias me hubiera sentido gratamente orgulloso. Me entregaba su Alma…estaba dispuesta a darlo todo por mí. Clavé mi mirada al suelo…¿Podría yo timarla?, ¿De verdad valía la pena renunciar a tal premio?. Ella me amaba, acercándose paso a paso al amor que yo mismo le profesaba. ¿Por qué no dejarse llevar por el egoísmo?, mi mundo era ella y yo mismo me estaba exiliando de mi hogar… el Demonio lleva al Angel al Averno –Fruncí mis labios- Al tan solo imaginar la imagen de la muchacha parada frente a mi, quemándose entre furiosas llamas…
Levanté la mirada, estaba consiente de que está era la única forma de hacerla entender. Le mentiría.
—Bella, no quiero que me acompañes.
Pareció confundida, su mirada era inescrutable. Como si las palabras que acaba de pronunciar fueran en un idioma desconocido para ella… Pasaron varios segundos, en lo que ella me miraba. ¡Frustrante! Y terriblemente doloroso. ¿Qué estaba pensando ahora? Deseaba preguntarle.
—¿Tú…no…me quieres? —soltó lentamente, ordenando cada palabra con temor, un temor que llegó a desarmarme en su momento. Siguió mirándome, confundida y señalándose a ella misma con su dedo. Sería más difícil de lo que pensé. ¿Cómo convencerla? Con aquella terquedad que siempre carga. Seguramente solo lograría a penas hacerla dudar… Si, sería arduo para ella. Aunque lo sería mucho más para mi…Ella no lo notaría por supuesto. Quise Cerrar los ojos, suspirar profundamente o concentrar la fuerza mis puños, pero cualquier vacilación desharía el engaño perfecto, solo logré tomar fuerzas internas y contesté limpiamente:
—No
Dolor, dulce dolor. Jamás mentir me había resultado tan insoportable, siempre fue una cualidad innata, y de cierta forma satisfactoria. Pero hoy…quemaba peor que mi propia garganta al estar tan cerca de Bella. Ella, se estremeció pero siguió con la mirada sin palabras…. ¡Maldición!, ¿Qué era lo que ahora pensaba?
—Bueno, eso cambia las cosas.
Me adentré en su mirada, traté de leer sus ojos, pero estos seguían con expresión confundida, sin revelarme absolutamente nada. ¿A caso ella me estaba creyendo?...Supongo que no debió de haberme sorprendido, nunca reacciona como la gente normal, era su parte diferente la que me gustaba. Pero hoy no, y me gratificaba que no supiera como dolía aquello….
….Y me enfurecía. Después de todo lo que le dije, Después de todo lo que le entregué. ¿Cómo podía la simple palabra NO destruir su fé en mi?, ¿Cómo podía crees semejante estupidez?
—En cierto modo, te he querido, por supuesto, pero lo que pasó la otra noche me hizo darme cuenta de que necesito un cambio. Porque me he cansado de intentar ser lo que no soy. No soy humano —Para mi terrible desgracia, Por que jamás había deseado con tanta fuerza serlo— He permitido que esto llegara demasiado lejos y lo lamento mucho.
—No…No lo hagas—Me suplicó y a fin pude ver claramente lo que sus ojos me decían. Ella…estaba destrozada. No encontraba las suficientes maldiciones para insultarme a mi mismo, al monstruo que ahora la estaba lastimando…y lo seguiría haciendo con las próximas afirmaciones. Es por su bien, Es por su bien Me forcé a pensar.
—No me convienes, Bella
Abrió la boca, y esperé sus palabras, mas estas nunca llegaron. Lo vi en su rostro, pareciera que ella concordaba con lo que acaba de decir…, y dolió mucho más de lo que esperaba…
—Si…eso es lo que quieres—parecía perdida en su propio dolor, como si no identificara el lugar donde se encontraba parada. Asentí una sola vez, era un mentiroso maestro…al lograr ocultar una verdad tan grande y absoluta. Porque yo no quería esto, en lo absoluto. Me olvide de mi calvario por un momento, pensando en el de ella….Y de repente, llegó a mi la vaga imagen de aquellos programas de televisión, donde la mujer enamorada esta decidida a no vivir sin el amor de su Vida. - ¡NO!- rugió mi fuero interno, Bella me olvidaría, Bella lo superaría…Bella seguiría existiendo.
—Me gustaría pedirte un favor, a pesar de todo, si no es demasiado. No hagas nada desesperado o estúpido. ¿Entiendes lo que te digo? —le ordené. Asintió sin fuerzas, y le creí…sabría si me mentía, la conocía muy bien. Deje atras mi vacilación, tratando de limpiar algún agujero que pudiera darle esperanzas al mostrar mi preocupación por ella.
—Me refiero a Charlie, por supuesto, te necesita y tienes que cuidarte por él.
Asintió de nuevo.
—Lo haré —murmuró.
Volví a creerlo, y mi miedo de perder su existencia se esfumó, confiaba en ella.
—Te haré una promesa a cambio. Te garantizo que no volverás a verme. No regresaré ni volveré a hacerte pasar por todo esto. Podrás retomar tu vida sin que yo interfiera para nada. Será como si nunca hubiese existido.
Temblé por dentro, y ella lo hizo conmigo. Nuestro dolor era difente, y a la vez; tan parecido tan analógico…No sabia como soportaba las lagrimas que ya se estaban asomando de sus ojos, si yo fuera humano, no lo hubiera podido reprimir…
—No te preocupes. Eres humana y tu memoria es un auténtico colador. A ustedes, el tiempo les cura todas las heridas. —Que cualidad humana tan satisfactoria.
—¿Y tus recuerdos? —dijo con un hilo de voz.
—Bueno, Yo no olvidaré. Pero los de mi clase nos distraemos con suma facilidad.
¿Distracciones?, eso fue verdaderamente patético… Una voz interna se rió de mí a carcajadas, del tan solo imaginar los siguientes días de agonía que me separaban y el saber que no existía alguna distracción posible ante mis recuerdos, Bella siempre viviría en mi mente. Para siempre… Ella no dijo nada, Había llegado el momento….ya no podría retener mas esto. Que el cielo me impida hacer algo que no quiera. Esa petición se hizo realidad…por mas que quisiera permanecer a su lado, por mas que la amara más que a mi propia existencia. Era Un Error, y estaba obligado a remediarlo…
—Adiós Bella…—Las palabras quemaron mi garganta…y me sorprendió ver que ya no era por el exquisito aroma de su sangre.
—Espera…—Me suplicó y caminó hacia mí…yo la detuve, cerrando mis manos sobre las suyas, colocándolas en ambos costados. Acaricié su rostro, disfrutando de su calor por última vez…y lidié con la oleada de dolor que me llegó al saber que era verdad…Que sería la última vez.
Después, Corrí…dejándola ahí…Sola…
No recuerdo haber corrido tanto en mi vida. Y me pregunté si me sentiría algún día cansado como para poder detenerme. Paré en secó…conciente de que estaba lo suficientemente lejos como para que alguien pudiera escucharme. Rugí….mas fuerte que en cualquier otra ocasión, el sonido que profirió mi garganta hizo temblar a los árboles, y pude ver como los animales huyeron despavoridos de mi, del monstruo. ¡Me odiaba, me detestaba!... Pateé y golpeé con fuerza los grandes pinos a mi alrededor, tratando de canalizar mi odio, furia, frustración y tristeza: ¡Porque era un vampiro, una bestia!, ¡porque no merecía estar con ella!, ¡Porque deseaba en verdad derramar lagrimas y sentir el alivio al desahogarme de una forma tan humana!.....¡Por que la amaba como una llama roja, intensa y fiera!, ¡Porque la había lastimado innumerables veces!
…..¡Por que no podría jamás regresar a su lado y sentir su calor!
Más que Vampiro…Un Zombie
—Edward….
Me llamaron, No respondí
—Edward….
Volvieron a llamarme, los ignoré.
¿Por qué no responde?
Pobre de mi Edward, parece un muerto viviente…Sin el sentido literal.
Ya llegamos
Bueno, al menos Canadá es lindo de noche.
Extraño Forks
Pobre Edward
A eso le llamo auto-tortura, si tan solo…
Vaya, allí está Jasper.
Me tensé. Abrí la puerta del Volvo y salí de ella dando un portazo, frente a mi estaba el, justo a lado de Alice, inmerso….no sabia que sentimientos podría encontrar en mi, no estaba seguro de sentir furia o enojo hacia el, ¿Se suponía que eso era lo más normal?, pero…, ahora esas emociones me eran bastamente indiferentes….solo me embargaba en el abismo de agonía y dolor, no recordaba el sabor del fuego en mi interior que me provocaba la ira; el cosquilleo que me causaba el nerviosismo….o la chispa de la felicidad. Absurdo, ¿Cuánto tiempo había pasado?, ¿9 horas? Solo 9 horas, y el dolor en mi pecho daba a notar como si hubieran pasado 9 siglos. ¿Cómo sobrellevaría lo que restaba de la Eternidad sin ella?. Jasper frunció los labios.
Es Demasiado dolor. No puedo soportarlo
—No lo hagas entonces—respondí, mi voz, muerta.
Mi familia me miró con incertidumbre, Alice lo vió venir…era algo que yo ya sabía. Mas no dijo nada, solo se limito a mirarme…Estaba molesta, y segura de que el único error que había cometido era dejarla a tras y condenarme a mi propia soledad, quise ignorar sus pensamientos.
— ¿Quieres que me vaya? —preguntó Jasper, desafiante. Sabía lo que esperaba, provocarme, creía que tal vez con eso yo abandonaría el dolor que ahora ambos sentíamos,
Sustituirlo por enojo. Le fue imposible…nada, absolutamente nada podría borrar mi agonía de ya no tenerla a mi lado. AH Dolor, dulce Dolor— ¡Basta!, ¡Ya basta!... —gritó frustrado, colocó sus manos en su cabeza y cerró los ojos con fuerza…
Sabes que lo siento de verdad, ¿Es esto un castigo Edward?
—Eres mi hermano, jamás te castigaría—Contesté, voz sin vida.
Duele demasiado
—Lo se…
¿Qué hago?, ¿Cómo se puede reparar…¡Demonios!, yo no quería…
—Lo entiendo…
Edward, no podemos estar cerca, tengo mi culpa interna, y tu dolor es.., sofocante. Debo irme
—No, lo haré yo.
Me miraron una vez más, sin saber que pasaba, pero sospechándolo de cualquier manera, Alice cruzó los brazos, suspiro profundamente, aguantando las ganas de arrancarme la cabeza, o por lo menos, de no gritarme lo que yo ya sabía Edward eres un Idiota, el más grande de todos. –pensó-no contesté, di media vuelta y caminé a mi auto, abrí la puerta y una oleada de pensamientos descargados de suplica inundaron mi mente. Los ignoré, de nuevo.
—No tiene caso, no encontrarás nada…—No me volteé, Alice sonaba fría, pero a la vez suplicante.
—Intentaré rastrear a Victoria, estaré….ocupado.
—No funcionará—me repitió, los demás no decían nada, sus pensamientos resultaban confusos, preguntas abstractas del porque no los acompañaba, del porque tendría que alejarme, porque tenían que perderme a mi también. Y fue entonces cuando lo capté; el sentimiento de tristeza y melancolía que envolvía a mi familia al estar lejos de ella. Otro de mis bastos errores, haberles permitido conocerla; esto ya no solo me involucraba a mi y una culpa infinita invadió mi ser; porque ellos también la querían, porque ellos también la extrañaban…porque también la necesitaban. Mi pecho ardió, Jasper profirió un gemido…Era verdaderamente ridículo, el pensar que después de toda una vida de vampiro, sintiera hasta ahora lo que era tener un corazón no latiente….Muerto.
—Hijo, ¿es esto de verdad necesario? —La voz de Carlisle sonó tranquila, trato de tomarlo con la mayor calma posible, no pude decir lo mismo de Esme, ella ya estaba sollozando sin lágrimas— Por favor, no nos niegues el verte a ti también.
—Lo siento…—susurré, apreté fuertemente mis puños y sin más… me metí al carro.
Arranqué, mi vista pudo captar sus ultimas miradas, y me obligué a reprimir esa imagen por completo…Lo dejé atrás, Todo…y ya estaba lo suficientemente desgarrado por la tristeza como para sentir más depresión. Esto era una pesadilla, y tuve la vaga ilusión de pensar en que tal vez, despertaría de ella. ¡Estupido!, yo no podía dormir, por lo tanto, me era imposibles soñar.
¡Detente!, aun no he terminado contigo
Escuché los pensamientos de Alice, aceleré
No planeo detenerte, ¿De que serviría?, pero si de verdad aprecias nuestra hermandad, quiero hablar contigo…solo un intento más, es todo lo que pido.
Aun con la vista en la carretera, bajé la velocidad, y ella entró al auto…escuché el sonido del portazo al cerrarse, mas no la mire…y tampoco me interesó leer su mente. ¿A caso algo volvería a interesarme en lo que me restaba de existencia?
—Está sufriendo— me aseguró fríamente.
—Olvidará
—No lo hará
—Es Humana, el tiempo la obligará a hacerlo. Ella no merece esto.
—¿Y tu? —me preguntó desafiante, no le respondí. El dolor ciega a la gente, y ella te ama con locura, como puedes estar seguro de que no…
—Bella me lo prometió—Su nombre desgarró mi pecho, y su imagen en la mente de Alice me quemó los ojos, apreté con fuerza el volante, mientras mi pecho se ahogaba en el ardor, No lograba ver más allá de mi propia desesperación. Y su rostro…claro y nítido en la mente de mi hermana, solo me recordaba lo infinitamente estúpido que era, por haberla tenido tan cerca de mi, haberla retenido tanto tiempo a mi lado, sin merecerla…
—Ni se te ocurra mirar a su futuro, ya le hemos hecho demasiado daño—debió sonar como advertencia, pero sonó solo un susurro, a penas audible.
Se lo estás haciendo ahora…y ella nunca te juzgaría….
—¡Ya Basta Alice! —escupí, pensé que mi voz emitiría un sonido más furioso, pero solo sonó como un reclamo sin volumen, carácter y sin vida— ya hiciste tu ultimo intento, puedes irte.
Me miró, entre frustrada y decepcionada. Comenzaba a debatirse si de verdad valía la pena convencerme de una vez por todas, o darse por vencida. Eso le molesto aun más, no era su estilo tirar la toalla, no se rendiría. Mas conmigo tendría que hacerlo, porque mi decisión ya estaba tomada…Me conocía, yo no la escucharía.
¡Es como hablar con un zombie y no con un vampiro! Me gritó en su mente. Ojalá llegaras a mirarte Edward, estas…¡Muerto!, y todo esto para nada, estas sufriendo y te auto sacrificas sin una razón real…
—Adiós Alice
Abrí el seguro automático de la puerta del copiloto, ella tomó la manija de la puerta.
Tu sabes mejor que nadie que la necesitas, ya una vez intentaste alejarte de ella y no funcionó. No eres lo suficientemente fuerte como para vivir sin ella y lo sabes, llámame cuando te des cuenta de tu error…
Y salió del auto en movimiento, dejando azotar la puerta y haciéndome reflexionar sus palabras. Si, yo no era tan fuerte, y la necesitaba como el corazón a un latido…pero, esta vez tendría que sobrellevarlo. No tenía fuerza, pero si voluntad…Mientras estuviera consiente de que estando lejos, ella estaría segura…y lo más importante; Viva, entonces mi dolor sería un poco más llevadero. Porque eso me mantenía con esperanzas de vivir…porque ella todavía existía…. Y no puedo vivir en un mundo donde ella no exista.
Seguí conduciendo, hasta donde pudiera llegar, no sabía que sería de mi de ahora en adelante; solo deslumbraba dos cosas. Una; Me entrenaría como rastreador, manteniéndola segura y sin la necesidad de mi cercanía. Dos; Luego, me esperaría toda una eternidad de oscuridad, ahora que vivía en una noche eterna, oscura y sin luna.
Octubre
La Existencia es Dura
Noviembre
Arde más que la llama furiosa de la más grande de las hogueras
Diciembre
.Duele peor que una daga atravesándote el duro y muerto corazón de piedra
Enero
¿Existe acaso peor agonía?
Febrero
Solo.
Marzo
Muerto.
Tiempo: Duración de las cosas sujetas a cambio o de los seres que tienen una existencia finita,
Mi calvario…Mi existencia era eterna.
El Tiempo pasa, aunque parezca imposible; Segundos, minutos, horas. Dolorosas Semanas y Amargos Meses.
El tiempo transcurre de forma desigual, con saltos extraños y treguas insoportables.
Pero pasar, pasa…Para todo ser viviente, Para lo humanos… Para ella...…
No para mí.
Excusa
Como desearía absolver mi alma, desearía escoger la oscuridad sobre el frío, Gritar a todo pulmón, aunque mis gritos no encontraran un significado concreto entre el murmullo de mis recuerdos…. Desearía poder elegir entre el cielo y el infierno….Hallar el confort lejos del dolor, cualquier cosa que me salve de mi mismo…. Desearía, con todas mis fuerzas salvar mi alma. Perdida en el umbral, ya no solo de mi propia maldad, si no de la terrible agonía, del miedo.
—Muchacho, ¿Cuánto tiempo planeas quedarte aquí sentado? —la voz de aquel humano me despertó, Bueno. Las palabras correctas deberían ser: Captó mi atención, pues estaba seguro de dos cosas: Una; Yo no dormía, Dos; Estaba hundido en un “sueño”, sin el sentido literal. Era extraño, pero era la única manera de adormecer el profundo ardor, El No pensar…era mi perfecta Novocaína, no borraba en malestar, pero por lo menos; lo adormecía. Si. No pensaba, Era como una especie de estado vegetativo; salvo que era capaz de moverme y actuar…Usaba mi mente, solo para lo físicamente necesario….
—¿No me has escuchado?, Ya vamos a cerrar…—lo escuché de nuevo, no percibí si estaba molesto. Saque mi billetera de mi bolsillo, tomé un billete Brasileño y lo deje encima de la sucia barra de aquel Bar.
A este de verdad se lo llevó la …. Está más muerto que vivo, pobre Chamaco. Le escuché pensar a mis espaldas, mientras caminaba, lentamente a la salida Vaya, al menos me dio buena propina. Bien dicen que el dinero no compra la felicidad. Y las viejas solo la espantan.
Debí de haber gruñido, hecho una mueca o tal vez pensar en lo desagradablemente Idiota e ignorante me resultaba leer la mente de aquel Bambuino humano. Lo hubiera hecho…si fuera yo mismo. Mi mirada continuó inexpresable; o al menos así se veía en los ojos de los demás; mis ojos, vacíos…múltiples veces color negro profundo, por las innumerables veces que estaba hambriento y la falta de interés que tenía por satisfacer mi apetito, mis labios; completamente flojos…había olvidado por completo la acción de poder fruncirlos para dibujar una sonrisa. Y La risa, ¿Cómo se lograba proferir?. Lo ignoraba por completo…y dudaba que algo volviera a darme gracia alguna vez…
No me percaté hasta sentir mi ropa completamente empapada, que llovía a cantaros en las calles solitarias y bajas de Río De Janeiro, recordándome lo idiota que resultaba. Seguir una pista falsa, Buena esa Edward… Victoria no estaba en Brasil, había buscado por todo el País, rincón tras rincón. Ni rastro de ella, era tan malo como rastreador como lo era sobreviviendo… Otro fatal error, sonaba mucho a mi. Mis errores siempre resultaban ser lo más graves; los más devastadores, y lo peor de todo es que no lo eran solo para mi -Bella- pensé…. Reprimí un gemido….Vaya, este dolor…nunca desparecería. No había nadie… comencé a correr, y me interné en las montañas; Era cuando corría, cuando mi mundo comenzaba a desbordarse…..una y otra vez. Era lo que solía pasarme; siempre que no hallaba rastreando ó cazando, me dejaba llevar por la Pena. Una pena verdaderamente infinita, por que sabría muy bien; Nunca tendría fin. ¿Nunca?, de verdad…¿tenía que usar esa connotación?, ¿Y si esto si tuviera fin?, ¿Y si de verdad hubiera una oportunidad…aunque fuera las más mínima, de volver a ver su rostro?, sabía que esta idea ya me la había planteado en el pasado y siempre resurgía cada vez que el vació en mi pecho era más difícil de ignorar; pero cada vez se volvía más irresistible el alivio, tomando en cuenta de que el aferrarme a mi decisión de no interferir en su vida solo lograba hacerla desear con cada vez más fuerza… ¿Por qué no? -¡NO!- pensó mi yo racional- ya interferiste demasiado en su vida.
Paré en seco, mis ropas ya estaban más que empapadas y podía sentír el barro desde la planta de los pies hasta mis rodillas; respire, y me vi forzado a tomas una conclusión de la infinita diferencia entre lo que era mi bienestar y lo que era correcto. Ya lo había repetido una vez, soy un ser de naturaleza egoísta; y el obligarme a hacer lo correcto por primera vez en toda mi existencia, me estaba resultando un incansable, insoportable e infinito dolor; ¿Por qué actuar como alguien correcto?, ¿Por qué pretender no ser la criatura de interminable egoísmo que resultaba ser yo?...
Por ella, Edward….por ella
Ese argumento desarmó mi rebeldía, a pesar de todo ella lo valía todo; el sufrimiento, la agonía y el dolor; todo era absolutamente necesario e inevitable si era con el propósito de protegerla de la criatura egoísta. Yo sobrepongo su bienestar ante el mío...
El dolor ciega a la gente, y ella te ama con locura, como puedes estar seguro de que no …
Ella nunca te juzgaría….
… El recuerdo de los pensamientos de mi hermana llegaron como un choqué eléctrico a mi memoria, ¡Perfecto!, ahora comenzaba a ver desde otro punto de vista, “Una excusa” creo que ese sería el término correcto. Suponiendo claro, que ella no fuera feliz, era una posibilidad remota por el simple hecho de que era humana y los humanos suelen cambiar con facilidad. Pero…¿Y si su necesidad de estar conmigo resultara tan grande como la mía?...Me estremecí, imaginándome solo por una fracción de segundo a Bella lamentándose por el inmerso dolor que a mi me agobiaba….Esto, solo hizo que mi excusa se hiciera todavía más grande…
¡Ya está!, todo resultaría sumamente fácil. Regresaría, pero solo para asegurarme de que todo estuviera en orden, de ser posible; solo me escondería unas horas para vigilarla y darme cuenta como marchaban las cosas. Si ella me necesitaba y su dolor era parecido al que yo sufría; de ser necesario le rogaría de rodillas permitirme volver a su lado… Pero si no era así, si ella era feliz….entonces me alejaría de nuevo, satisfaciéndome solo con el hecho de que ella estaba bien y a salvo, luego…regresaría a mi mundo de sombras….. Si es que tenía la fuerza suficiente.
Tomé una dirección distinta, y corrí hacia Río una vez más, una cosa era clara; volvería a ver su rostro una vez más y por un momento, el ardor en mi pecho desapareció, lo sentí pesado y extrañamente; vivo…mi corazón, muerto y gélido…por ahora había regresado. No pude evitar dibujar una semi-sonrisa, o al menos eso fue lo que pareció, mis labios se contrajeron con trabajo, después de todo este tiempo de permanecer como una simple línea horizontal sin emoción; pero era el simple hecho de saber que pronto; volvería a verla…observar su rostro de marfil y sus facciones tan increíblemente atrayentes cada vez que se sonroja; ¡Y Su Olor! Jamás pensé llegar a extrañar tan exquisita tortura y el ardor que causa en mi garganta cada vez que percibo ese aroma…Suspiré
Llegué a Río cuando la luz del sol ya estaba lejos, Perfecto; me moví por los callejones a prisa, adentrándome en los barrios más bajo de aquella cuidad, esto resultaba aun más fácil, ningún humano en su sanó juicio se atrevía a salir de sus respectivas casa pasadas las 6 de la tarde. Escalé por una escalera de incendio y entre por la ventana del departamento donde me alojaba…no me preocupe siquiera en hacer una maleta; cambié mis pantalones y me puse una camisa seca, tomé mi billetera para guardarla en mis bolsillos….Pero antes de que pudiera salir de aquella mohosa habitación de tercera clase….
….Sonó el Célular….
Locura
—Está muerta, Edward—la voz de Rosalie en la bocina del teléfono me sonó como un susurró inaudible, a pesar de que ella hablaba con naturalidad y un sonido bastante aceptable como para que mis oídos altamente desarrollados pudieran escucharlo a la perfección, mas era como si estos se cerraran y se abstrajeran de captar lo que mi hermana estaba diciendo…No quería escuchar, aunque no estaba del todo seguro de que, las palabras me tomaron con gran sorpresa que ni siquiera pude asimilar su significado … El silencio se hizo notorio en aquella vacía habitación. Deje de respirar—¿Me has escuchado Edward?, esta muerta…Se arrojo de una acantilado. Alice fue a Forks para ayudar en todo lo posible a Charlie, no es como si tuviera otra opción, todo mundo le dijimos que no era prudente; pero ya la conoces...¿Edward?, ¿Edward, estás ahí?
No me percate si logré colgar el teléfono, solo se que no era capaz de escuchar por la bocina del celular, deslice el teléfono a mi bolsillo, una vez mas inconsciente de mis actos físicos…
Muerta, Muerta, Muerta….Bella Bella, Bella….Muerta, Muerta, Muerta …Bella está Muerta…
Mi mente reproducía esas palabras una y otra vez mientras mis manos apretaban fuertemente mi pétreo y congelado pecho, a tal grado de que llegué a sentir el dolor de mis dedos tratando de atravesar mi piel…No sabía que buscaba en concreto con esa acción, tal vez arrancarme el corazón y deshacerlo en miles de pedazos….si es que este seguía ahí….yo ya no lo sentía. Todo comenzaba a tornarse negro, y no estuve seguro si…de ser posible; yo podría perder el conocimiento, al menos la razón me estaba abandonando. Mis manos temblaron, ¡¿Cómo?!. Esto sencillamente no podría estar sucediendo, ¡No puede estar pasando!. Bella no pudo ser capaz de…, Ella no era así, ¡No pudo…! ¡¡¡ELLA ME LO PROMETIÓ!!!
Mi parte razonable murmuró dentro de mi, y por un momentáneo segundo pensé con la cabeza…Rosalie estaba desesperada por volver a Forks, ¿Y si todo esto es solo un intento desesperado y estúpido para hacerme regresar?...Eso tenía que ser, Rosalie estaba metida en un gran lío… Volví a tomar mi celular y marqué el numero casi instintivamente…ya estaba grabado en mi mente y aunque intente deshacerme de el todos esto meses…nunca lo logré. Sabía a la perfección lo que tenía que hacer. Llamaría, con la vaga esperanza de que ella me contestara, yo colgaría y gozaría del alivio infinito…. Si no fuera así; preguntaría por ella, esperando a recibir una respuesta positiva, o por lo menos, algo que me asegurara que su corazón aun seguía latiendo…
—Casa de los Swan—me contestó alguien. Ese timbre de voz era de alguien joven, varón; No era Charlie sin duda alguna. No me gustó nada el rumbo que tomo esta llamada desde el principio, ¿Qué hacia este chico desconocido contestando al teléfono en casa de Bella?.
—Soy el Doctor Carlisle Cullen—imitar la voz de Carlisle era una de las cosas que me salían con mucha naturalidad, no era por hacerlo a menudo, supongo que esto era parte de mis habilidades—Quisiera Hablar con Charlie, si es posible.
— ¡No está en casa! —pronuncio las palabras con agresividad y de mala gana, no me interesó en ese momento reprenderle su mala cortesía, mi prioridad era otra.
Seguramente, donde estuviera Charlie, ahí se encontraría Bella.
— ¿En dónde está? —pregunté, tratando de teñir mi timbre con paciencia, cosa que en realidad me faltaba.
—Se encuentra en el funeral…—
Colgué el teléfono, ¿A caso necesitaba otra prueba?, Charlie estaba en el funeral…Donde estuviera Charlie, ahí se encontraría Bella Cité mis pensamientos con amargura. Si, Bella estaba ahí, porque Charlie se encontraba en su funeral…
No estoy seguro de cómo llegaron mis rodillas al suelo, mi mente estaba hecho un total lío, entre saber que lo que mis oídos habían escuchado era cierto y el no querer asimilarlo nunca. Lo sabía, no había broma ni confusión en esto…Bella Swan estaba muerta…….
Por segunda vez en ese día, salí de la ventana y me heché a correr una vez mas, no me percate si algún humano notó mi urgida carrera a las afueras de Río, de cualquier manera, ya no me importaba en lo más mínimo pasar desapercibido, estaba seguro de que nada podría volverme a importar en mi existencia. NADA… Mi mundo, todo se me había escapado de la manos, y no pude hacer algo por retenerlo, hoy, absolutamente NADA en este universo, valía la pena para seguir luchando. Me detuve, inconsciente de saber exactamente en donde me encontraba, solo divisaba árboles y la oscuridad de la noche, ahí; Me dejé caer.
Estaba conciente de que el dolor experimentado estos últimos 6 meses era algo insoportable, terriblemente difícil de sobrellevar. Pero esto, esto superaba con creces cualquier cosa. Era vagamente conciente de mi inmortalidad y que nada podría causarme daño físico, pero en ese momento era como si toda mi fuerza desapareciera, me veía vulnerable, frágil… El dolor lo cegaba todo; mi mente, mi vista, era como caer en un agujero sin fondo, la angustia de ir cayendo era sofocante y ardía, pero sabia que jamás tocaría fondo, no tendría aquel golpe de gracia que me permitiera dejar de existir….deseaba morir en ese mismo instante, a pesar de saber que eso sería imposible para mi.
No eres lo suficientemente fuerte para vivir sin ella
El dolor ciega a la gente, y ella te ama con locura.
Está Muerta Edward
Las voces resonaron en mi mente una y otra vez, desgarrando con mas fuerza la herida imaginaria de mi pecho, era doloroso, sofocante….verdaderamente Insoportable —¡Cállense!, ¡YA BASTA! —sabía perfectamente que gritar no iba a ser de utilidad, solo comprobaba mi locura, di un golpe al piso, y esto solo logró abrir un enorme agujero de tierra, di uno mas….y otro…Nada. Esto nunca iba a desaparecer. Esto no me devolvería a Bella. Sin quererlo, mi frustración se convirtió en Ira…la más grande que haya sentido jamás. Estaba furioso, si…por ser yo el catalizador de toda esta situación, porque por mi culpa ella no había sido feliz. ¡Estúpido!, por no ver más allá, por no permitirle ser feliz a su manera, , ¡Maldita Sea… Alice siempre tuvo la razón!. Obligué a bella hundirse en el umbral, el mismo calvario que yo llevaba…Por supuesto ella no pudo soportarlo ….¡Fui yo quien la empujó a ese acantilado!
El odio a mis mismo floreció y se encendió como una llama expuesta a varios litros de gasolina, Golpeé, pateé y destruí tanto cuanto había a mi alcancé, rugiendo y dejando que aquella bestia que habitaba en mi interior gozara del momento…Y tal y como se prendió aquel fuego, fue consumiéndose tan rápido como empezó, cayendo en cuenta de que era ridículo esperar algo. Me odiaba, si…porque yo era su asesino, pero la furia no aminoraba el dolor que me causaba ya no tenerla en esta tierra…. Quería ser castigado, querría tener el mismo destino que ella había tenido….Yo no podría vivir en un mundo en donde ella no existirá…
…Y de repente llegó, justo a tiempo. La solución a todos mis problemas, a todo mi dolor…
Bueno, no estaba dispuesto a vivir sin ti . Aunque no estaba seguro sobre cómo hacerlo. Tenía claro que ni Emmett ni Jasper me ayudarían..., así que pensé que lo mejor sería marcharme a Italia y hacer algo que molestara a los Vulturis.
¡Ahá!, ¡Los Vulturis! los mecenas nocturnos de las artes, ellos era los únicos capaces de ponerle fin a todo esto…
No me pregunté en ese momento como lo haría, ¿pediría una petición suicida o simplemente corrompería las reglas en su preciosa ciudad?... Solo me limite a ponerme de pies y dirigirme de vuela a la cuidad, específicamente al Aereopueto…. Tomaría el primer vuelo a Volterra y acabaría con mi insufrible existencia, Una existencia que no estaba dispuesto a vivir sin Mi Bella.

CAPÍTULO II
Petición

Llegué a Florencia más pronto de lo previsto. El sol se asomaba por las montañas de Italia, ingrato, amenazando con tocar mi piel con sus rayos… Algo así estaba esperando, pero tenía plena conciencia de que el lugar en donde debía mostrar mi condición vampírica no sería aquí. No, Volterra me esperaba, junto con el dulce alivio del “Tal vez” poder volverla a ver una vez más. Me había pensado ya muchas veces el que pasaría después de que los Vulturis concedieran mi “Alivio”, Conocía mi condición y mis pecados del pasado….Sabía que si llegaba a tener un Alma, lo cual era lo menos probable, se me negaría la entrada directa al paraíso. “No matarás” era sin duda, una regla muy clara y definitiva….Una que en mi tiempo nunca llegué a respetar. Bella…Bella sin duda ahora estaba gozando de la gloría eterna, pero en mi crecía la vaga esperanza, aunque fuera de lo más mínima. De que ella fuera la que me recibiera en la otra vida. Si es que existía una por supuesto….Me daría más que bien servido, el tan solo ver su rostro. Aunque fuera por ultima vez.
Me aseguré de moverme por todos los lugares sombríos, al salir a la luz procure acomodarme la chaqueta de tal manera de que esta pudiera cubrir cada parte de mi piel de los rayos del sol. Robé un coche, bastante rápido y de muy buena ayuda…. Ferrari, ¿Qué mas daba?, un pecado más no haría la diferencia entre el cielo y el infierno….Aceré, y por primera vez en mi larga existencia, no disfruté de la velocidad de mi conducción. Hoy…aceleraba por necesidad….no por complacencia…..
Fue rápido, llegué en aproximadamente 30 minutos a Volterra, la mitad de tiempo que le hubiera tomado a un humano normal, deje el auto estacionado cerca de la plaza, no importaba….con suerte, tal vez, el dueño lo recuperaría antes del amanecer. Coloqué el gorro de mi chaqueta, de modo que esta pudiera taparme de los rayos del sol y comencé a moverme con rapidez. Aun no tenía bien claras mis acciones, y no era que estuviera planeando las más formal de las presentaciones ante los que serían, la realeza vampirica. Pero, con todo mi pesar, le debía por lo menos eso a Carlisle…El ir y portarme bien ante sus viejos amigos. Al menos haría el intento. Después de todo, ¿Por qué habrían de negarse?, siendo ellos los amos, ¿Qué les iba a importar la existencia de un desafortunado y miserable Vampiro desesperado por morir?...
Llegué a la Plaza de Priori. Humanos por doquier, decorando y apresurándose para lo que sería seguramente un gran festival…Colgando carteles y adornando las calles. ¡Absurdo!. Hoy Era día de San Marcos…De haber tenido Humor, me hubiera reído.
No me preocupe en como encontrar su escondite, mi olfato me guió…Ahí, justamente donde el olor a los míos de hacia más fuerte, justo en el Palazzo de Priori. ¿Existía a caso más Frivolidad? . Sin previo aviso, entre al lugar… Por una de las puertas que daba al callejón oscuro donde yo me encontraba. El lugar estaba solo, y la sala donde me hallaba sin luz y a juzgar por mis sentidos, bastante empolvada. No caminé dos pasos hasta darme cuenta de que ya no estaba solo. Dos individuos aparecieron inmediatamente frente a mi, ambos de mi raza, luciendo capas grises oscuras, parecían molestos. Perfecto.
—Identifíquese— Carraspeó una de las figuras, su voz era varonil, y a juzgar por el tono, bastante presuntuosa.
—Buenos Días, Mi Nombre es Edward Cullen, solicitó hablar con sus amos, lo más pronto posible—dije, sonando lo más Cortez posible, se sorprendieron al instante de mi actitud. No me extrañó.
A este que le sucede, está muy raro.
Parece… ¡Diablos!, no me gusta nada su pinta. Es demasiado Frío
—Dígame, Edward Cullen ¿ya tiene una cita? —preguntó la otra figura, según los pensamientos de su compañero…este vampiro respondía al nombre de Demetri.
—No, más me temo que es un asunto urgente. Hágales saber que soy familiar de Carlisle Cullen, estoy seguro que no se negaran a recibirme.
—Acompáñeme entonces—dijo Demetri, haciéndome una seña para que lo siguiera.
Caminamos por amplios pasillos oscuros, llenos de polvo y en bastante mal estado. No me preocupaba en saber si de verdad tenían planeado llevarme con sus amos. Lo harían. Estos vampiros rebosaban de confianza en si mismos, un ego bastante grande…lo suficiente como para tener ganas de vomitar; El otro vampiro, respondiendo por el nombre de Félix trazaba estrategias en su mente o buscaba desesperado cualquier minima excusa para luchar contra mi. Verdaderamente Patético, el como se imaginaba mi derrota y su victoria triunfal mientras sus amos le felicitaban. Mientras que Demetri, si bien no era tan Cabeza dura como Félix; podía leer en sus pensamientos la arrogancia y el orgullo del tamaño de un rascacielos.
Esto se estaba volviendo cada vez más complicado.
Una puerta se abrió ante nosotros y de pronto dejamos los pasillos oscuros y mal cuidados para dejarnos ver en una habitación grande de paredes color hueso, era demasiado normal y corriente aquel lugar…y para mi sorpresa. Logré visualizar un ascensor a la esquina de aquella habitación. Fruncí el entrecejo. No le tomé importancia al resto del recorrido. Estaba ocupado pensando en ELLA y en que tal vez, mis sufrimiento terminaría en unas cuantas horas…Al menos tenía al tal Félix de mi lado. ¿Qué tan difícil sería para mi concederle aquella estúpida Victoria que tanto cantaba en su imaginación?. Llegamos a una recepción y me quedé completamente helado.
Nunca pensé volver a sorprenderme de esta manera desde que mi vida se volvió un completo hueco de oscuridad. Pero, ¡Por el amor de Diós!, ¿Qué rayos hacia una mujer aquí? ¡Y Cómo recepcioncita!
—Gianna querida. Solicitamos hablar con mi Maestro—habló Demetri. La mujer de tez oscura solo se dedico a sonreír y a tomar el teléfono para anunciarnos.
—Desean saber quien los visita tan inesperadamente—nos dice la Humana llamada Gianna.
—Un tal Edward Cullen…—responde Félix, tratando pobremente de provocarme.
¿Que este tío esta hecho de Hielo, o que?
—Lo recibirán inmediatamente. Pase por favor Bastante Mono, No esta nada, nada Mal— Flirteó con una sonrisa y pestañando los ojos bobamente. Yo, simplemente la ignoro y asiento con la cabeza.
Había llegado la hora.
—¡Edward Cullen! —exclamó una voz musical después de el largo recorrido medieval que hicimos para llegar así a la cámara donde ya se encontraban Los Vulturis. Aquella voz provenía de una de las tres figuras usando que portaban largas capas oscuras con boca de lobo. Está se acerco más hacia donde yo me encontraba y abrió ampliamente los brazos en símbolo de bienvenida— ¡Se Bienvenido!. Un familiar de Carlisle. ¡Que Maravilla!
Me límite a hacer una leve reverencia con la cabeza, no me fue difícil adivinar que aquella figura con exagerado sentido de Hospitalidad se trataba de Aro. Tampoco me fue difícil saber quienes eran sus Hermanos. Marco Y Cayo; juntó con la demás guardia que se encontraba ahí y lo que cada uno era capaz de hacer.
Que falta de Respeto.
Mira el humor de ese chico.
No me gusta…debe estar tramando algo
Familiar de Carlisle. Hacia mucho no había oído hablar de el.
Carlisle, MMM…- Capté aquel pensamiento poco interesado, a diferencia de todos lo demás que se encontraban ahí. Era Marco, su rostro era inescrutable, desinteresado. Tan diferente al de todos los demás. Llegó a mi la vaga impresión de que tal vez mi expresión en esto momentos sería similar a la de aquel Vampiro. Vaya equivocación… Mi apariencia en los ojos de todas las personas allí reunidas no era similar en lo más mínimo. Les daba toda la razón a los pensamientos ofensivos y de asombro que me estaban dedicando. Yo…Era una criatura fuera de los parámetros humanos y vampíricos…Una criatura Muerta, insensible que amenazaba con desgarrar cualquier cosa a causa del dolor y la furia interna.
Reprimí un gruñido.
—Y dime Edward. ¿Cómo esta mi querido amigo Carlisle? —preguntó Aro, al parecer mi apariencia le era completamente indiferente. Conservó el mismo tono empalagoso de hospitalidad de hace unos momentos.
—Bastante bien. Encontró lo que buscaba en América—respondí
—Ah, ¡Que alegría!, Ese Carlisle…cuanto lo hecho de menos. Una extraordinaria persona.
—Sin duda—concedí
—Pero, dime Edward. ¿A qué has venido?, ¿Carlisle necesita algún favor en especial? —preguntó este. Todos prestaron más atención de la necesaria.
—No, en realidad vengo por mi cuenta. Debo pedirle un favor, suplicárselo si es preciso
Aro puso mucha atención a mis palabras y esperó. Era ahora cuando me daba cuenta de que no tenía ni idea de cómo hacer mi Petición. Me debatí la mejor manera de pedirlo…¿Cuál era la correcta?. Decirlo directamente ó ponerle un poco de drama al asunto. Al final todo daba igual…cualquier cosa que dijera no iba a quitar lo que quería. Le sonaría a ellos la más idiota de las locuras y para mi sería el más hermoso de los regalos.
Todo hubiera sido más fácil si fuera humano.
—Los averiguaré de todas maneras—la voz de Aro me sacó de mis lamentos. Se acercó más a mi y me tendió la mano, no me extrañó en lo más mínimo…Conocía su Don. La tomé de inmediato. Por lo menos, me ahorraría la palabrería.
—Vaya, Vaya—Susurró con interés—Lector de Mente…Interesante—siguió sosteniéndome la mano, me imaginaba que mis recuerdos los recorría en un orden. Lo siguiente me lo confirmó—Una hermana Psíquica, Maravilloso, tienes una familia esplendida…—Siguió recorriendo mis recuerdos, como un scanner. —OH. Vaya….esto es diferente—susurró y lo capté de inmediato. Había llegado a ESA parte de mis recuerdos. El dolor resurgió de un momento a otro; potente, ardiente. ¿Es qué nunca se terminaría?. ¿Cuánto tiempo tenía que pasar para estar con ella?. ¡Por qué no simplemente me mataban de una vez y se ahorraban el decoro de Cortesía!
Aro soltó mi mano inmediatamente. Su mirada cambió drásticamente por una de terrible sorpresa y horror. Había terminado de scanearme.
—¡Te has vuelto Loco, Hijo! — Exclamó ofendido—Esto es … Un verdadero Despilfarro.
—¿Qué sucede? —preguntó Cayo desde su lugar de la habitación.
—Edward Cullen ha solicitado que acabemos con su existencia. Al parecer la muerte de una Humana lo ha dejado como decirlo sin avergonzar a este Muchacho… Confundido.
Los griteríos de impresión de los pensamientos de los que ahí se encontraban resonó con tal fuerza de tal manera de que si pudiera, me hubiera tapado los oídos para retenerlos.
¡LOCO!
¡Eso es una tontería!
¡Por una humana!
¡Ha perdido el juicio!
¡Jamás escuché hablar de algo así!
¡Yo contribuiría en su petición ansioso!- la mente de Félix fue la más considerada. Irónico.
Didíma…-Fué el único pensamiento que no me pareció un escándalo. Y para mi sorpresa provenía de Marco. Vaya… Al parecer no me había equivocado del Todo. Marco y yo teníamos algo en común.
—Edward, reconsidéralo, Muchacho—volvió a mi la voz cantarina de Aro—Estoy seguro de que lo superarás. —el conocía a la perfección mi mente. Ambos sabíamos perfectamente que eso era una gran mentira.
—Lo lamento, solo vine con ese único propósito
Aro me dio la espalda frustrado y uno de los guardias me dio la instrucción de salir d aquella habitación.
—Deliberemos….— fue lo ultimo que escuche de la boca de Aro. Esto era un tortura, ¿Cuánto tiempo más debía de esperar?
El Ángel
Los escuchaba, cada susurro y cada simple declaración. —Tiene un don sorprendente— no dejaba de repartirse Cayo pensativo… —Manudo despilfarro, no voy a acceder a una cosa así—respondía Aro una y otra vez. —Deberíamos invitarlo a permanecer en la Guardia, estoy seguro que resultaría un buen compañero— declaraba uno de los miembros de la guardia; Alec. Los pensamientos de su hermana eran confusos. No dejaba de cuestionarse a si misma que consecuencia traería el unirme a su “Espléndida Guardía”. No estaba segura de conservar su lugar como predilecta ante su maestro si yo llegara a interferir.
—¡Deberíamos concedérselo!, No lo necesitamos de todas formas—Al parecer. Félix, el vampiro odioso y orgulloso era el único con intenciones de ayudarme. ¡Que grata Ironía!
La recepción estaba relativamente sola. Ya llevaba más de 9 horas en este palacio. Perdiendo el tiempo… Hubiera resultado de una manera más fácil permanecer apacible si no fuera por aquella humana de la recepción. Lo que hubiera dado por un poco de silencio…tener la mente en blanco y desconectarme de todo aquel ardor y pesar. ¡Pero no!... Ahí estaba esa humana llamada Gianna. Atacando a mis oídos gritándome con el pensamiento y descontrolándome con sus frenéticos latidos del corazón. No los soportaba. Cada latido frenético y nervioso. Ese sonido de vida humana me estaba volviendo loco… Bump Bump Bump…. ¡Cómo quisiera que se callara!.... Bump Bump Bump…la similitud era casi perfecto, excepto por le hecho de que. Estos latidos no eran música en mis oídos, mas bien resultaban un insufrible recordatorio de mi gran vació….
Torturador, sin misericordia. El recordatorio de que El corazón de Bella se había detenido para siempre….Sin que yo estuviera cerca para evitarlo.
¡Maldita sea. Maldita y mil veces maldita la hora en que la condené!
No lo soporté más. Y el dolor que sentí en mis entrañas fue la punzada más fuerte que hubiera sentido hasta ahora. Salí de aquella sala de recepciones sin dar importancia ante las advertencias de que debía quedarme hasta que me llamaran. Conocía su resolución. No tenía caso.
Caminé por las oscuras calles de Volterra. Solo…
Pensaba la mejor manera de terminar con esto. Pero de una cosa estaba seguro; no provocaría a los Vulturis de una manera que lastimara a un humano. Había llegado a la resolución de que; ningún otro corazón inocente dejaría de latir por mi causa. Jamás…Nunca más… Lo correcto sería tal vez alzar un auto frente a toda la plaza o tal vez simplemente abrir una enorme grita en el suelo. No lo sabía…y no encontraba sentido pensar mucho sobre el asunto. Lo que fuera, sería suficiente para provocarlo… para terminar con esto de una buena vez.
Y de repente me llegó. Tan clara y perfecta, con tan solo mirar aquel cartel de bienvenida a la Fiesta de San Marcos… ¡El SOL! ¿Cómo no se me pudo ocurrir antes?. pleno día, frente a todo mundo, en el mero corazón de Volterra y en medio de aquella ridícula celebración. Los Vulturis lo iban a gozar….pensé macabramente.
Seguí caminando sin algún rumbo fijo, la noches estaba a todo su esplendor…he de deducir que en menos de 3 horas amanecería. Y solo me preocupe en una sola cosa.
Pensar En Bella en mi Última Noche.
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El Sol comenzó a salir tras las capas montañosas que rodeaban Volterra, con el mis últimas horas de existencia. Y comencé a preguntarme porque tenían que hacer cada movimiento de mi vida con un plan premeditado y bien planeado. Bien pude exponerme a los primeros Rayos de la mañana yasí terminar con esto más fácilmente. Más era un Idiota y Frustrado perfeccionista… ¡Eso era completamente Absurdo!, a estas alturas que importaba la manera de condenarme.
Llegué a la conclusión de que, para asegurar mi muerte al 100. Los haría enfadar de verdad-Aro estaba dispuesto a perdonar con tal de recluirme en su Guardia- Exponerme al sol a medio Día, en el centro de su cuidad, frente a cientos de humanos como testigos sin duda…sería algo a lo que los Vulturis no podrían encontrarle un Perdón- Gran decepción para alguien como Aro, acostumbrado a siempre salirse con la suya.
Hasta en mis últimos momentos resultaba ser un insulso fanfarrón.
De modo que pasé aproximadamente 7 horas vagando en los callejones oscuros alternos a la Plaza de Priori. Esperando en Silencio.
El Reloj marcó las 11.45… era hora de moverse. Hoy acabañaría todo. Por fin.
Podía sentir el calor del sol conforme me acercaba a la luz al final de aquel callejón. No escuché los pensamientos del mar de gente que se acumulaba en aquella soleada Plaza, cerré mi mente. De ser posible, quería tener mis últimos momentos con paz, silencio…Con Bella.
11.55. Ya casi… y mi mente comenzó a volar por si sola…hacia ella, hacia nuestro momentos juntos, sin impórtame si esto me causaría más dolor. De cualquier manera…Pronto terminaría.
Te quiero… Más que a nada en este mundo. ¿No te basta con eso?
Casí podía sentirla cerca, mis recuerdos volaron… y por un momento, juré poder aspirar aquella fragancia enloquecedora. Supe que era solo mi imaginación…porque de algún modo, su olor no me provocó el mismo malestar y la misma ansia de beber de aquella sangre deliciosa. Seguí recordándola…
Sueño con estar contigo para siempre
Y yo también. Lo deseé, y lo seguiré haciendo siempre… ante cualquier cosa en este mundo. Volverte a ver, escucharte….Tocarte. Besarte. Bella…
Edward
Las campanadas comenzaron a sonar…una por una, y con ellas la voz de Bella volvió a irrumpir en mi cabeza, suave…Como extrañaba ese timbre…
De repente me sentí esperanzado. Mi teoría de volverla a ver después de que todo acabara se hizo un deseo y una esperanza grande. Solo una vez más… Solo quiero verla una vez más recé y rogué en mis pensamientos. ¿El Señor podría escuchar a un Vampiro?…no lo sabía, pero algo en mi interior me decía que si…
Otra campanada resonó…
Abrí mis brazos lentamente, con las palmas vueltas hacia arriba… Estaba listo, siempre lo estaba para reunirme con ella en donde quiera que fuera….La amo, la amo de una manera tan poco racional, tan profunda. Más de lo que pensé podría querer a alguien… Y es una tontería pensar que pude haber encontrado a alguien más antes de conocerla. Ella siempre ha sido y será mi Corazón…. Pase lo que pase.
Haberla perdido solo reafirma lo que yo ya sabía…
Era mi Todo, Mi Vida….Mi Bella.
…¡Edward, Mírame!
Volví a escuchar su voz llamándome. Sonreí y lentamente dí el pasó definitivo, pude percibir los leves rayos de sol. No estuve seguro de haberme expuesto por completo…lo supuse, porque el calor mas reconfortadle que jamás hubiera sentido chocó contra mi pecho y le dio la Paz que buscaba a todo mi ser.
Entonces. Ya estaba Muerto.
Porque el Ángel más hermoso del cielo cayó del cielo hacia mi después de dar el paso definitivo. Lo sujete contra mi para retenerlo más tiempo, y dí gracias infinitas al cielo por haberme escuchado…Abrí lentamente los ojos, encontrándome con los de ella… Crispados, tal y como los recordaba, el contacto de su piel con la mía hizo un choqué eléctrico…. Y como si fuera una maquina revitalizadora. Sentí como si mi Ausente y muerto corazón regresara a mi pecho… Y por imposible que parezca. Palpitara como jamás lo ha hecho.
Estaba Muerto. Pero con ella… Nada podría ser mejor.
—Asombroso. Carlisle tenía razón—murmuré divertido pensado en las veces que negué aquella teoría y como yo mismo llegué a rogar por una antes de morir. Interesante, siento un vampiro pecador y un monstruo de lo más atroz, después de todo, tenía Alma… pero eso ya no me importaba en lo más mínimo.
Bella estaba de a mi lado de regreso… fuertemente sujeta a mi pecho, Conmigo… Eso era lo único que me interesaba.
Gozaba, de verdad disfrutaba de mis momentos en el paraíso. Y por primera vez en años, sentí lo que era en verdad estar en la gloría, una sensación que tal vez hubiera experimentado hace 90 años, de no ser por mi transformación…No, ahora que lo pensaba. Aun habiendo muerto en esa época e ido al cielo…no se podría disfrutar de tan exquisito alivió y de tan infinito gozo.
—Edward—pronunció con a penas voz audible, pero fue suficiente para hacerme volar una vez más—Debemos de volver a las sombras. ¡Tienes que moverte!
Eso me confundió, ¿Y por que decía aquello?, Ya estábamos muertos, que caso tenía volver o no a aquel callejón oscuro… ¡Ja!, quise reírme ante aquella sensación tan familia que de alguna manera, llegué a extrañar tanto; Una vez más quería saber en que estaba pensando. Acaricié su mejilla y me regocije de sentir aquel calor correr por sus pómulos y hacer sentir a mis gélidas manos aquel contacto que tanto añoraban.
Tenía que darles crédito a mis asesinos, esto fue más de lo que me esperaba.
—No puedo creerme lo rápidos que han sido. No he sentido absolutamente nada, son realmente buenos —musité y no pude evitarlo, cerré mis ojos y le besé los cabellos. Esto era prácticamente una novela sacada a la realidad….Aquí estaba, muerto y reunido con el amor de mi existencia. La muerte no hacia justicia a Bella, siempre seguiría tan hermosa de cualquier manera. Me sentí Un Romeo Gozoso—. «Muerte, que has sorbido la miel de sus labios, no tienes poder sobre su belleza» —cité el verso de la novela que tanto se identificaba con nosotros. La apreté más contra mí.
Fue entonces cuando lo capté. Oh…
Aquel aroma tan exquisito volvió a rasparme la garganta, pero no de la misma forma… Como si mi urgencia de beberlo hubiera desaparecido por completo. Interesante, una tortura muy práctica…
…. Ya tan Satisfactoria
—Hueles exactamente igual que siempre. Así que quizás esto sea el infierno. Y no me importa. Me parece bien.
—No estoy muerta— Casí me grito desesperada— ¡Y tampoco tú! Por favor, Edward, tenemos que movernos. ¡No pueden estar muy lejos!
Trató de moverme frustrada, mientras mi confusión se hacia más grande. Bella lucia realmente desesperada por devolverme hasta las sombras de aquel callejón, y está vez no me dio gracia la incertidumbre. ¿por qué?. ¿Que caso tenía regresar si ya era demasiado tarde?…Por que era, ¿Cierto?. Ella estaba Muerta….y por lo tanto yo también, el simple hecho de tenerle conmigo era suficiente prueba.
Pero, y si….
—¿Qué estás diciendo? —pedí que me explicara, esto estaba llegando a un punto que lejos de agradarme, comenzaba a asustarme.
—¡No estamos muertos, al menos no todavía! Pero tenemos que salir de aquí antes de que los Vulturis...
No necesitó decirme más. En ese momento la comprensión llegó tan rápido como mis sentidos recuperaron la razón. El aroma, la calidez….Maldita sea, ¡su latido de Corazón! Ahí estaba, con ritmo errático y acelerado, tal y como lo recordaba….¡Estaba Viva!, ¡estábamos vivos!. No me di tiempo suficiente para razonar lo que estaba pasando, ni como era posible todo esto. No pude…
Fue cuando me dí cuenta de que ya no estábamos solos, ELLOS estaban aquí, Y Bella conmigo…
Reaccioné inmediatamente y regresamos a las sombras de aquel callejón, en un rápido movimiento coloque a Bella detrás de mí, ocultándola lo más Posible de nuestros “vigilantes”, y el sentimiento de Deja Vu regresó, una vez más…me encontraba lo más cerca de ella, protegiéndola, ¡Irónico!, hacia solo unos días estaba convencido de que lejos de mi estaría segura, y hoy no podía darme el lujo de separarme ni un centímetros de ella.
Cubrí todo su cuerpo con mi espalda.
Ahí estaban, de pie y portando aquellas capaz; Félix y Demetri. Los sabía, lo sabía de ante mano…Si no había roto la regla de exponerme ante el sol, si había faltado a la ley más importante de nuestra especie, y la prueba de ello estaba temblando y epirando justo tras de mi.
Maldecía nuestra mala suerte


CAPÍTULO III
Veredicto
Parte I


Era tan extraña y tan injusta la manera en que las situaciones podían cambiar en un lapso de tan poco tiempo. Bien, el tiempo era una verdadera desventaja, solía pensar que lo era solo para los humanos, Yo no cambiaba y el tiempo solía pasarme desapercibido, no le daba la más mínima importancia. Mas, Hace unos meses, sentía como si este se hiciera mucho más lento de lo ya era para un ser normal…Más sofocante y doloroso. Unos minutos atrás; glorioso, los segundos más cortos, pero impregnados de una dicha casí casí…infinita.
Y ahora… Solo me resultaba impredecible, frustrante y de alguna manera…si se podía decir; Dichoso… Aún estando plenamente conciente de lo que seguramente nos aguardaría cuando cruzáramos aquel callejón oscuro…escoltados como si fuéramos unos criminales sentenciados. No pude evitar sentir regocijo al sentir mi cuerpo, mi ser…completamente curado. Ya no existía pesadumbre, dolor, agonía o ardor en aquel espacio frió que ocupaba mi pecho, era como si aquella tortura jamás hubiera existido. No quedaban marcas ni cicatrices…simplemente, era como si nunca hubiera estado ahí… Lo único que sabía, era que ELLA, estaba viva, conmigo…la apretaba fuertemente contra mí mientras nos seguíamos abriendo paso entre las paredes oscuras.
Moría por saber lo que pensaba, y estoy seguro de que ella necesitaba también varias respuestas, lo veía en su rostro crispado por el miedo y la incertidumbre. Le negué con la cabeza. Si salíamos de esta… le daría todas las respuestas que ella quisiera, y mucho más que eso…
La caravana siguió circulando, Alice…que parecía saber mucho más de lo yo ignoraba…caminaba sin pesar ni emoción alguna delante de nosotros, siguiendo los pasos de Jane. Sentía curiosidad…bastante, lo suficiente como para no poder esperar a preguntar en otro momento. ¿Qué rayos había sucedido?, ¿Qué conclusiones debió de haber tenido aquella visión que, se suponía, había sido la muerte segura de la razón de mi vivir?...
Intente no temblar al recordar mi situación hacia un día en Río de Janeíro.
—Bien, Alice —comencé con un tono neutro, como cualquiera que hubiera usado al inicio de una simple conversación—. Supongo que no debería sorprenderme verte aquí.
—Ha sido error mío —contestó Alice en el mismo tono—Mi Visión no fue del todo perfecta, debo decir, más bien incompleta. Vaya que lo lamentamos todos, me siento culpable Era mi responsabilidad haberlo hecho bien.
— ¿Qué ocurrió? —pregunté, una vez más con tono neutro…aunque por dentro estallaba la curiosidad.
—Es una larga historia —los ojos de Alice se deslizaron sobre Bella y se dirigieron hacia otro lado —. En pocas palabras, ella saltó de un acantilado, pero no pretendía suicidarseParece que últimamente a Bella le van los deportes de riesgo.
-Muy bien, se que te mueres por una explicación. Aquí va la nota informativa -Alice comenzó a informarme- No es que quiera hacer más ‘ameno’ este momento. Pero, ¡Te lo advertí!. Y espera…no has oído aun el resto, ¿Qué va?....Esto te va a encantar; Tu queridísima presa, a la que estuviste rastreando hasta el otro extrems del mundo, regresó a Forks… ¡Espera!, ¡no se te ocurra hacer una escena aún!. Bella estuvo a salvo todo el tiempo, obviamente no gracias a ti-Rodeé los ojos, y si era posible, intente retener mi furia- Y a esto viene la explicación de porque mi error. Bella tiene un amiguito muy ‘simpatico’. Si pensábamos que ella era un imán para los problemas, pues te informo que también lo es para las criaturas Míticas. Bella es amiga de Jacob Black; Un licántropo apenas iniciado. Deberías agradecerle, gracias a el Bella sigue aquí…Aun, y no en el fondo del mar o en el estomago de Victoria.
—Mmm — fue lo único que logré pronunciar. No estaba seguro de arrepentirme de haber preguntado, y era obvio que el toque sutil de Alice al relatar los sucesos daba mas para remarcar mis errores y hacerme sentir; o más culpable…o más furioso… Nunca debí apostar en contra de Alice, al parecer…ella siempre tiene y tendrá la razón en todo lo que presagiaba., cosa que odio por completo. De haberla escuchado…de haber razonado con ella aquella noche en mi Auto cuando me fui de Canadá….
No tenía caso lamentarme, pero fue algo inevitable para mi. ¡Y yo pensando que la dejaba segura!, ¿¡A caso no estaba consciente de lo peligro que ella se acarreaba sola aún sin mi presencia?!, ¿Cuántas veces tuve que salvarla de peligros Humanos cuando la conocí?...¡Pero claro!, un accidente y el Caballero la deja a su suerte….Con una maldita vampira sedienta de venganza y una manada de lobos inmaduros como su único recurso….
No debía sentir repulsión contra ellos, o más bien contra Jacob Black, el amigo de Bella con la mente más escandalosa que haya leído... Pero los sentimientos de celos, envidia y enojo me embargaron al ser el…EL y no YO, quien le salvará la vida de ese acantilado…e hubiera tomado mi lugar como protector de su frágil vida Humana contra Victoría.
...Eso iba a cambiar-pensé-Volverás a su lado…Todo va a cambiar- Bufé mentalmente…Claro, si sobrevivimos.
Fueron los castañeos de dientes y los ligeros temblores de Bella, los que me hicieron salir de aquel debate interno. Estaba fría…y el apretarla contra mí no le ayudaba en lo absoluto. Me separé de ella. Pero esta se negó a hacerlo, se abrazó de mi una vez mas, como quien teme perder algo, y siguió su camino sin importarle el gélido frío que yo despedía…Froté mi mano contra sus brazos, para así, darle tan siquiera un poco de calor…
Seguimos el camino, ya habíamos entrado al palacio…estaba seguro de ello porque reconocía aquella habitación decorada como si fuera la recepción de una bonita oficina…Alec ya no estaba esperando ahí.
—Jane...
—Alec —repuso ella mientras abrazaba al joven. Intercambiaron sendos besos en las mejillas y luego nos miraron a nosotros.
—Te enviaron en busca de uno y vuelves con dos... y medio —miró con curiosidad a Bella la acerqué más a mi sin que ella se percatara—Interesante…Ella debe de ser Buen trabajo.
—Bienvenido de nuevo, Edward —Alec se dirigió a mi, con ese fastidioso tono educado y hospitalario—Pareces de mucho mejor humor.
—Un poquito —admití, apostaba a que, aunque me encontrará frustrado, asustado, mal humorado y con la culpa más grande que uno podría cargar a las espaldas. Sin duda era mucho mejor que el Sentimiento gélido y de frialdad que mostraba mi rostro la primera vez que me encontré con Alec y la demás guardia.
—¿Y ésta es la causante de todo el problema? —preguntó con incredulidad. Más la respuesta ya la tenía en su mente desde que entramos a aquella sala… Me limite a sonreírle afirmándoselo. Mas la sonrisa se me heló al instante
Heidi tiene que concedérmela.. ¡se me hace agua la boca!, ¡ya quiero probarla!
—¡Me la pido primero! —intervino Félix con suma tranquilidad desde detrás A ver si así te enciendes Idiota
Oh…claro que estaba encendido, más bien…estaba ardiendo. Que fácil sería pelear aquí y ahora. Proferí un gruñido…Más traté de recordarme a quien sostenía a mi lado y de quien no iba a alejarme ni un solo centímetro más. Félix sonrió. Su mano estaba levantada, con la palma hacia arriba. Curvó sus dedos dos veces, invitándome a iniciar una pelea.
Estaba a punto de aceptar la invitación
-Paciencia —me advirtió Alice.
—Aro se alegrará de volver a verte—Habló por fín Alec…
—No le hagamos esperar —sugirió Jane.
No hubo vacilación de parte nuestra, asentí sin más y tome a Bella para cruzar la puerta de aquella antecámara que nos conduciría hacia donde se encontraban Aro, Cayo, Marco y la demás guardia. Ya podía escuchar sus mentes. Llegamos a donde ellos ya nos estaban esperando. En la mente de Jane solo podía oírse regocijo y alegría por su trabajo. Moría por escuchar las felicitaciones y apreciaciones de su amo. El ego; era sin duda la carta de identificación de los Vulturis.
Los pensamientos de Jane se volvieron más escandalosos cuando Aro feu hacia ella, pronunció las palabras que la pequeña deseaba oír y depositaba un Beso (que me pareció por completo insulso de ver), para luego dirigir la atención hacia nosotros.
—¿Lo ves, Edward? . ¿Qué te dije yo? ¿No te alegras de que te hayamos denegado tu petición de ayer? —Aro estaba más que maravillado, en su mente solo se leían dos cosas; La pieza valiosa que deseaba reunir a su colección aun seguía con vida y de pilón, había encontrado otras dos igual de atrayentes.
—Sí, Aro, lo celebro —admití, receloso apreté más a Bella contra mi, deleitándome, aunque fuera en el mejor momento, de la sensación que me embargaba cuando la tenía junto a mí. Si era posible, JAMÁS la volvería a soltar.
—Me encantan los finales felices. Son tan escasos —Aro suspiró—. Eso sí, quiero que me cuenten toda la historia. ¿Cómo ha sucedido esto, Alice? —volvió hacia Alice, los ojos empañados y llenos de curiosidad—. Tu hermano parecía creer que eras infalible, pero al parecer cometiste un error.
—No, no, no soy infalible ni por asomo —mostró una sonrisa deslumbrante. Estúpidos Licántropos apretó con fuerza los puños—. Como pudieron ver hoy, a menudo causo más problemas de los que soluciono.
—Eres demasiado modesta . He contemplado alguna de tus hazañas más sorprendentes y he de admitir que no había visto a nadie con un don como el tuyo. ¡Maravilloso!
Ella me miró interrogante; ¿De qué Rayos está hablando? Pensó.
Aro lo notó
La charla continuó con las explicaciones de mi Don; las cualidades y defectos de el de Aro, y remarcó una vez más….lo útil que le sería yo al percibir los pensamientos de los demás sin tener que ofrecer un contacto físico.
Fue la entrada de sus hermanos; Marco y Cayo. Lo que no interrumpió la platica de la “comparación de Dones” y la indirecta de “Edward únete de una vez a nosotros”. Los dos vampiros entraron con gracia.
—¡Marco, Cayo, miren! —Canturreó Aro—. Después de todo, Bella sigue viva y Alice se encuentra con ella. ¿No es maravilloso?
¡Una humana!, ¡ AQUÍ!. Aro va a conseguir sacarme de mis casillas un día de estos...es tan conciliador
Bah…¡Un momento! Los pensamientos aburridos de Marco dieron un cambio terriblemente drástico. Cualquiera que lo viera a simple vista; sabría que seguía aburrido. Más sus pensamientos solo se concentraban en una cosa. Ahora Marco estaba escaneándonos a Bella y a mí.
Su mente dio un sonido de gran asombro; luego se dirigió a una imagen poco clara; Una Mujer, mas bien una vampiresa…Observándolo a el, con esos ojos tan conocidos por mí; el mismo brillo que mostraban los de Bella cuando me veía. Estaban en aquel recuerdo que se hizo luego oscuro. Lo último que Marco pensó antes de volver a su aburrimiento fue; Dídima
—Conozcamos la historia—canturreó Aro, tomando mientras Marco le extendía su mano para ir este la tocara y conociera su opinión. Cayo solo se limitó a sentarse en su trono y esperar de mal humor.
Es una relación bastante Fuerte, de parte de ambos. Estos casos son tan…. Inusuales.
Aro solo hizo una mueca y enarcó la ceja; ¿Por qué no me sorprende?, pero precisamente de la ‘Tua Cantante’ Creo que a este muchacho le encanta desperdiciar todo lo que tiene valor..
Resoplé.
—Gracias, Marco. Esto es muy interesante Mira que lograrte sacar la palabra ‘Inusual’, ¡Esplendido! —Asombroso, realmente increíble.
El rostro de Alice evidenciaba su descontento. Es de mala educación lo que están haciendo… ¿A caso estoy pintada?
—Marco ve las relaciones y ha quedado sorprendido por la intensidad de las nuestras.
Aro sonrió.
—Resulta difícil de comprender, eso es todo, incluso ahora —Aro caviló mientras estudiaba el brazo que utilizaba para rodear a Bella De verdad increíble—. ¿Cómo puedes permanecer tan cerca de ella de ese modo?
—No sin esfuerzo —dije la mitad de la verdad. Me sorprendí un poco, he de admitir…El Esfuerzo, ya no era tan grande como antes solía ser. Es más; estaba seguro de poder permanecer a lado de Bella 6 semanas y aun sin haberme alimentado lo suficiente y ella ya no correría peligro. Hoy Me había superado…. Y No estaba entre mis planes hacer que Aro se enterara de que Había vencido a la irresistible Tua Cantante…
—Pero aun así... ¡La tua cantante! ¡Vaya despilfarro!
Reí, más no por gracia…fue un simple reflejo después de mis cavilaciones y la mención de ‘mi cantante’… Si Aro se enterara de mi nuevo logró…
Me rehusé a pensar en aquello.
—Yo lo veo más como un precio a pagar..
—Un precio muy alto.
—Simple costo de oportunidad.
— Este chico es tan gracioso No hubiera creído que el reclamo de la sangre de alguien pudiera ser tan fuerte de no haberla olido en tus recuerdos. Yo mismo nunca había sentido nada igual. La mayoría de nosotros vendería caro ese obsequio mientras que tú...lo cambias por un sentimientos febril que bien podría durar tan poco Lo…
—... lo derrocho —completé sus pensamientos.
Aro rió una vez más.
—¡Ay, cómo echo de menos a mi amigo Carlisle! Me recuerdas a él, excepto que él no se irritaba tanto Tenía ese hermoso Don de negarse a los placeres de la vida.
—Carlisle me supera en muchas otras cosas.
—Jamás pensé ver a nadie que superase a Carlisle en autocontrol, pero tú le haces palidecer.
—En absoluto —
Esto comenzaba a desesperarme, ¿Era costumbre de los Vulturis entretener así a los condenados?. Pensé que la única experta en tortura aquí se llamaba Jane… Intenté soportar su ‘amena’ charla un poco más. Con suerte, tal vez podríamos aprovecharnos de las apreciaciones de Aro para con nosotros.
—Me congratulo por su éxito —Aro reflexionó—. Tus recuerdos de él constituyen un verdadero regalo para mí, aunque me han dejado estupefacto. Me sorprende que haya... Me complace que el éxito le haya sorprendido en el camino tan poco ortodoxo que eligió. Temía que se hubiera debilitado y gastado con el tiempo. Me hubiera mofado de su plan de encontrar a otros que compartieran su peculiar visión, pero aun así, no sé por qué, me alegra haberme equivocado. No me malinterpretes Edward. Tu mejor que nadie sabe lo mucho que apreció a tu padre…solo permíteme exponerte mis opiniones.
Permití que continuara
—Pero ¡su abstinencia...!. No sabía que era posible tener tanta fuerza de voluntad. Habituarse a resistir el canto de las sirenas, no una vez, sino una y otra, y otra más... No lo hubiera creído de no haberlo visto por mí mismo. Sobre todo en tu caso, mi querido muchacho. Podría decir que comprendo el esfuerzo…Resistirse a tan hermoso y dulce canto de la sangre de esta jovencita… Juro que si no fueras hijo de mi querido amigo.
El rumbo de los pensamientos de Aro me pusieron enfermo. La imaginación solo duró un segundo…El degustar la dulce sangre de Bella.
…Yo ya me estaba planteando la manera de matarlo.
Lo siento…no pude evitarlo
—Sólo de recordar cuánto te atrae ella.... Me pone sediento.
Me tensé. Estuve a punto de saltarle encima.
—No te inquietes. No tengo intención de hacerle daño Sabes que me es imposible mentirte precisamente a tí, pero siento una enorme curiosidad sobre una cosa en particular Esta muchacha me llama tanto la atención. Me pregunto si su peculiaridad funciona solo con un lector de mentes—Miro a Bella con los ojos resaltado de curiosidad—. ¿Puedo? —preguntó con avidez al tiempo que alzaba una mano.
—Pregúntaselo a ella—respondí con aprensión.
—¡Por supuesto, qué descortesía por mi parte! …Bella, me fascina que seas la única excepción al impresionante don de Edward... Una cosa así me resulta de lo más interesante y, dado que nuestros talentos son tan similares en muchas cosas, me preguntaba si serías tan amable de permitirme hacer un intento para verificar si también eres una excepción para mí.
Me miró, el terrible miedo era presente en sus ojos y la incertidumbre me volvió a golpear de una manera tan injusta. ¿A quién miraba con terror?, ¿A Aro o a mí?, ¿Estaba en shock y por eso no pronunciaba palabra?... ¿Qué consecuencias traería esto después?.... e prohibí a mi mismo sentir mas pesadez al darme cuenta de que ella pasaba un mal rato; una vez más…por mi causa.
Asentí una sola vez, dándole lo que seguramente ella buscaba: Mi autorización. Y rogué porque Aro no le fuera inmune y poder conocer lo que Bella pensaba ahora y siempre pensó de mí.
Con manos temblorosas y lentamente…se dejó tocar por Aro una sola vez.
No puede ser. Nada…absolutamente nada.
—Pues sí, muy interesante —respondió este tratando de aparentar la ofensa que eso le causaba. No pude evita sentir alegría y, por supuesto, quise presumir que, tal vez no podía leer la mente de Bella por completo…pero era un excelente lector de sus expresiones, Cosa que Aro no podía hacer en ese momento.
Quise presumir y me regocije desde adentro. Aro lo notó, sacudió la cabeza con una media sonrisa. Fue cuando un simple pensamiento desarmó mi victoria silenciosa que todos los demás ignoraban.
—Lo primero... Me pregunto si es inmune al resto de nuestros dones... ¿Jane, querida? No he conocido a alguien que pueda burlar el terrible dolor de Jane. Me preguntó si esta niña lo logrará o pedería que la maten al experimentarlo.
— ¡No! —gruñí por fuera y dentro de mí con toda la furia que podía descargarse en la negación. ¡Oh No!, ¡Por supuesto que no!. Esto era llegar demasiado lejos… ¿Qué Aro no había visto nada en mi mente que pudiera hacerle ver el error y la tortura que eso podría causarme?, Tendría que ser más inteligente. Tendría que saber que preferiría que me mataran mil y una veces más, que dejar que la mente dolorosa de Jane se concentrara siquiera un segundo en causarle daño a Bella.
Tranquilízate, Bella puede que sea inmune a ella…Cálmate, esto no nos ayuda. Alice me retuvo contra ella, pero me la sacudí de inmediato.
La menuda Jane dedicó una sonrisa de felicidad a Aro.
—-¿Sí, maestro?
Comencé a Rugir mas y más, los sonidos salían desde los más profundo de mis pulmones y llegaba a sentirlos desgarrar mi garganta, Jamás estuve más furioso, ¡¿Estaban apostando a ver quien era capaz de causarme más furia?? ¿¡Cuál era el maldito premio premio!?,. Si Félix con sus comentarios estúpidos, superficiales y ególatras, Jacob Black con su finta de nuevo protector de Bella y salvador del momento dejándome a mi como un tonto… O Aro con sus pruebas idiotas y su ansia por ver si la cosa más valiosa que a pasado por mi vida puede soportar el infinito dolor de una de sus brujas que tiene como aprendíz.
Lo Veía en la mente de Aro, y también de la de esa pequeña bestia… A MI Bella gritando de dolor, pidiendo a gritos que la mataran… que hicieran lo que fuera por aminorar la tortura y el ardor que el don de Jane le provocaba.
Jane se volvió hacia nosotros con una sonrisa beatífica en los labios.
No pude resistirlo más, las flamas de la ira me quemaban por dentro mientras esa vampira me volvía a repetir su imaginativa intuición. No tenía sangre, pero la sentí hervir…La quería matar, la mataría antes de que intentara siquiera concentrarse en el rostro de Bella.
¿Te gusta lo que ves?
Con la ira febril en mis venas…me lancé sobre ella.... CONTINUARA

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