CAP. 20 FAN FIC "CONFLICTO ETERNO" -Eclipse-


Capítulo 20


Tontas Ilusiones



—¿¡Por que no me lo dijiste Alice!? —. Le reclamé.

—¿Cual habría sido la diferencia? —.

—A duras penas he logrado controlarme. No estoy seguro si alguien se dio cuenta de mi estado—.

—No te preocupes, estaban todos demasiado ocupados.
Nadie ha reparado en ti.
Ahora que si te lo hubiéramos dicho antes…. Ahí habría sido otra cosa—.

—Alice tiene razón, solo habrías complicado aun mas las cosas—. Intervino Carlisle.

—¿Como no fui capaz de verlo…?—. Dije más para mis adentro que para ellos.

—Nadie pudo Edward, no te mortifiques—. Hablaba Esme tratando de calmar mi atribulada mente.

—Necesito… tengo que…—.

No sabia que hacer. Todo mi instinto me gritaba que huyera.
Podía ver nítidamente como el círculo se cerraba sobre nosotros, venían por nosotros, me arrebatarían a Bella por siempre.
Debía huir.

¿Pero mi familia…? ¿Que sería de ellos? ¿Acaso podía entregados al destino que yo había labrado para ellos?

¿Me perdonaría algún día? ¿Lo haría Bella?

—Aun tenemos una oportunidad, esta noticia no cambian en nada nuestros planes. Debemos seguir, sólo que ahora ya sabemos a que nos enfrentamos, ahora es nuestro el elemento sorpresa—. Dijo Jasper interrumpiendo mis lamentaciones.

¿Cuando puede cambiar la existencia en cosa de segundos?

Sólo hace un par de horas atrás viajaba en la parte posterior del coche patrulla de su padre rumbo al Instituto para nuestra ceremonia de graduación.
Entonces me pareció divertida la experiencia, nunca había viajado en uno y según la escueta mente de su padre “Solo hacían falta unas buenas esposas” para completar el cuadro.

En ese momento era completamente feliz, a pesar de lo que creyera su padre que me miraba con una sonrisa burlona.

El plazo se había cumplido y Bella se mantenía indecisa sobre el asunto de conservar o no su humanidad y yo apostaba todas mis cartas a eso.
Sentía que si ganaba un día a la vez no tendría problemas conseguir un par de años.
Entonces ahí pensando en su prometedor futuro había sido feliz, completamente feliz.

¿Cuan rápido puede cambiar la existencia en cosa de segundos?

Ya me resultaba extraño que Alice se mostrara tan extraña, pero supongo que no me permití ver que algo iba mal.
Tampoco pude ver el verdadero nerviosismo de Bella. Ridículamente creía que todo se debía a la vendita fiesta.
Tampoco fui capaz de ver la verdad.
No vi el brillo extraño de sus ojos, no capté ese tono demasiado controlado se su voz, del palpitar nervioso y errático de su corazón.
No, no lo vi, no fui capaz de hacerlo.
Demasiado sumido en mi propia felicidad, en el regocijo de saber que Bella tendría un futuro….

¿Cuan rápido puede cambiar nuestra existencia en cosa de segundos?.

Ahora en cambio ni siquiera estaba seguro que saliéramos vivos de toda esa historia.

—¡Por todos los cielos Edward! Debes controlarte!—. Agregó Jasper nuevamente.
—Estoy tratando de pensar fríamente pero tu angustia me descontrola.
¿Que podremos hacer si no crees en que tenemos una salida? —

Había perdido completamente la conciencia sobre mi familia y entonces vi como todos me lanzaban lamentables miradas.

—¡Si!—. Exclamó Emmett. Fui libre de sus miradas y sus pensamientos ya que todos voltearon a verle. —Ya era hora que sucediera, no aguanto más estar en constante espera.
¡Déjenlos que vengan, déjenlos que vengan!.
Ya quiero ver cual de ellos será capas de acercarse a nuestra Bella.
¡Dejen que lo intenten! —

Tales palabras y la vehemencia con la cual fueron proferidas arrancaron de todos los presentes una risa que luego fue subiendo de tono hasta transformarse en alegres carcajadas.

—Eso mismo— Agregó Alice a mi lado. —Que lo intenten y ya verán con quienes se encuentran en el camino—.

Vi en sus ojos y en sus mentes el sincero convencimiento de que seria efectivo todo eso.

¿Cuan rápido puede dar un vuelco el corazón de un viejo vampiro que muere de amor?
¿Es posible pasar del frío que sólo se siente en el más profundo y oscuro abismo al fuego abrazador que nos da la esperanza?

Quería hincharme con sus palabras.
Quería, necesitaba hacerlo, por ellos, por mí, por Bella. Por todo cuanto amaba en esa extensa existencia.

Corrí.
Corrí como nunca lo hice antes en esta existencia hasta llegar al Lodge, restaurante en el cual Bella y Charlie habían quedado.
Ahí fue cuando le vi.
Estaba de espaldas a las grandes ventanas que daban al frontis del local.
Viajé en la mente de todos los comensales que se encontraban reunidos para celebrar la ocasión.
Estaba triste, de eso no había duda y seguramente asustada, sería imposible no estarlo.
Por un momento vi en la tensión de su cuello la intención de voltear para mirar por la ventana.
Me dije a mi mismo que si lo hacia entraría sin dudarlo e iría por ella.
Si al mirar, veía un solo signo de desesperación, no dudaría en hacerlo, pero no sucedió y mantuvo la vista al frente, sin comer, sin reír, sin hablar.
¿Como nadie podía ver lo incomoda que estaba?
Pero nadie podía ver ya que nadie sabía lo que realmente sucedía.
Tranquilos en sus existencias libres de monstruos, de seres míticos de fantasías, ellos sólo eran simplemente humanos.
Yo había robado la ignorancia de Bella para siempre, ignorancia que le permitiría vivir libremente sin miedos, vivir como todos los demás.

Era yo y solamente yo el encargado de protegerle, de asegurar que su vida siguiera el curso natural, libre de miedos, de sombras y cazadores que una y otra vez estiraban sus garras hacia ella.

Ahí, oculto entre el follaje esperé por ella, sintiendo mi frío interno más intenso que nunca, monitoreando cada gesto de su rostro y signo de su cuerpo.
Hasta que por fin se pusieron de pie para ir a casa.

Al salir ella, jadeante por un momento se volteó mirando hacia donde yo me encontraba,

Sus ojos encontraron los míos y sentí que mi corazón estaba completo otra vez.
Borré rápidamente el pequeño espacio que nos separaba y la estreché en mis brazos para besarle.
Que tonto había sido.

¿Cuantas veces le aparté de mí, pensando siempre en el futuro?.
¿Y que pasaría si no existiera un futuro en el cual resguardarle?

Todos aquellos momentos arruinados, perdidos para siempre. Besos y caricias tiradas a la basura sólo por mis reglas, mis limitaciones auto impartidas.

La desesperación fluyó por mi cuerpo convirtiéndose en fuego quemando mi boca mientras sentía el suave contacto de sus labios contra los míos, pero muy pronto Bella se apartó de mi.

Sin embargo no era necesario leer en ellos para saber lo atemorizada que estaba.
Se había mostrado tranquila, hasta conforme y resignada una vez terminada la ceremonia de graduación.

“—Pero, ¿no lo ves? —. Había dicho ella. —Nadie viene a por vosotros. Es estupendo... Nadie quiere hacer daño a Esme ni a Alice ni a Carlisle—“

Para Bella era más importante la seguridad de un montón de vampiros que a la propia.
Aunque ella no debía preocuparse por eso, yo estaba ahí para protegerle aunque en ello se me fuera la “vida”.
Y ahora sólo un camino nos dejaba el destino y lo atravesaríamos juntos.
Alcé una de mis manos, acaricié su rostro y esperé hasta que nuestros ojos se encontraron nuevamente.
¿Cuanto me había cambiado su amor? ¿Cuanto le debía?
No era nada sin ella y sin ella no existía nada, nada. Sólo desolación, silencio, frío y oscuridad.

—¿Cómo estás? —. Preguntó en medio de un suspiro.

—No muy bien—. Confesé.
Por poco había perdido en control algunas horas antes, sin embargo ahora volvía a recuperar …. “ Mi sangre fría” —Lamento haber perdido el control antes—. Terminé de agregar.

—Es culpa mía. Tendría que haber esperado para contártelo—.

Pero no era culpa de Bella.
Era algo que yo debía saber, algo que debería haber sido capaz de ver.

—Tienes muchas cosas en la cabeza—.

—¿Y tú no? —.

Ella, débil, frágil en extremo pero había soportado estoicamente una y otra vez las innumerables vicisitudes que vivía desde que nuestras vidas de cruzaron.

Peligros, limitaciones, negaciones… Sólo eso podía darle, sólo eso era capaz de ofrecerle.

¿Cuantas veces desee hacer exactamente lo contrario? ¿Cuanto he anhelado entregarme a ella completamente como sus ojos, silenciosamente me pedían?
Ahora sentía simplemente no había tiempo.

Sin esperar su respuesta me incliné sobre sus labios nuevamente.
Le besé con los labios abiertos, aspirando de su ser todo su aliento, queriendo retener su esencia y de ese modo protegerla para siempre.

Nuestro beso fue efímero.

—Charlie viene hacia aquí—. Advirtió Bella.

Debía dejar que su padre le llevara a casa de los míos, pero yo le seguiría aun y cuando ella pensara que no era necesario.

Me escabullí entre las sombras sin darle tiempo de discutir.

Era cierto que le había negado lo que ella tanto me pedía, pero era un intento por proteger su alma inmortal y tal vez, sólo tal vez la mía.
Y era esa necesidad de protegerle lo que mi impulsaría a luchar por ella con toda la fuerza y la determinación que este firme, duro y frío cuerpo me brindaba.
Un beso.

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