Capítulo X
Mentiras y más mentiras
Bajamos las escaleras todos juntos; yo iba junto a Ruthie, y me di cuenta que ella no apartaba la mirada de mi padre… Parecía que la imagen de mis padres juntos y tomados de la mano invadía su mente y no podía dejarla pensar, ¿acaso los juzgaba? Yo no la culparía por eso. Después de todo, la historia era que ellos eran hermanos…
-Ellos… ¿son… están juntos?-me preguntó con la voz apenas audible y un poco avergonzada; no quería que mis padres la escucharán… y yo sabía que eso era imposible.
-Sí, pero… no pienses mal. Bella es nuestra media hermana, bueno… mis padres la adoptaron un año después de que Edward nació, crecieron juntos y después nací yo… fui como una sorpresa para mis padres…
-Oh…-me dijo apartando la mirada.
-Sí, fue sólo hace algunos años cuando ellos se dieron cuenta de lo que sentían… No fue fácil para nadie aceptarlo…
-Supongo que para ti también fue una sorpresa ¿no?-dijo Ruthie, esta vez ella intentó verme a los ojos…Acaso ¿Sabía que estaba mintiendo?
-Pues, la verdad no… Ellos nunca…-Mi mente voló hacía otra cosa y se olvidó por completo de la mentira, eso no era bueno [[o.O]]- parecía que su destino siempre fue estar juntos. Fue necesario que él no muriera hace tiempo, para que termináramos así…
-¿Él… muriera?...- ¡Ay Dios mío! ¿Qué dije?...
-Ah… sí… Edward tuvo una complicación… cuando nació-mi mente reaccionó rápido… sólo esperaba que yo sonara convincente- por eso también mis padres adoptaron a Bella, pensaron que mi mamá ya no podría tener hijos.-Aparté la mirada, estuve a punto de… ¡ay!
-Hola, mamá.-Bryer interrumpió nuestra conversación- ¿Recuerdas que te conté algo sobre Reneesme?
-Sí… ¿Eres tú, cierto? Mucho gusto.-Me dirigió una sonrisa… La madre de Bryer, era hermosa… pero, realmente hermosa…
-Si… mucho gusto- Me saludó con un beso en la mejilla y miro a mis padres extrañada…
-¡Ah!… ellos son sus hermanos mayores…-dijo Bryer presentando a los dos extraños detrás de él-Edward y Bella.
-Buenas tardes-dijeron mis padres al unísono.
-Buenas tardes, yo soy Amelie…-volvió a sonreír y mis padres le respondieron de la misma manera…
Amelie, podía ser confundida con una vampiresa; lo único que podía arriesgarla a ser la cena de un vampiro, era su olor… Su cabello era de un color chocolate, el color de su piel era el mismo que el de Bryer. Sus ojos… de un café tan oscuro que podía parecer negro; casi tan profundo, como el color en los ojos de… Jake.
-Entonces, ¿ustedes son nuevos en la ciudad?-pregunto la madre de Bryer mirándonos a mis padres y a mí.
-Sí… Acabamos de llegar.-contestó mi mamá con una voz dulce.
-¿Quieren que les mostremos la ciudad? No es muy grande, y creo que se sería muy agradable conocernos mejor…
-Muchas gracias, pero tenemos que llegar a casa y desempacar, limpiar un poco…-explicó mi madre.- Preparar las cosa de la escuela. Un sinfín de cosas nos esperan en casa. En serio nos encantaría ir con ustedes.
-Está bien, creo que será otro día…
-Espero que nos podamos volver a encontrar-dijo Bryer con una expresión de tristeza y una voz apenas audible…
-En serio que nos encantaría,-repitió mi padre- pero mañana será nuestro primer día de escuela y…
-¿Mañana? Estamos a mitad de curso…-interrumpió Ruthie
-Lo sabemos pero, no queríamos perder el año… así que nos inscribimos desde antes de llegar.-explicó mi papá con una voz tan fría, que me ponía los nervios de punta. Creo que intentaba que Ruthie pensará en él como una persona no muy amable.
-Y… ¿a qué escuela se inscribieron?-pregunto Ruthie muy avergonzada. Se ruborizó un poco.
-Pues, Ne…-mire a mi padre con ojos asesinos antes de que pudiera completar ese nombre- Reneesme…-corrigió- irá a l’École Secondaire de la Courvilloise. Y Bella y yo a Université Laval.
-¿En serio? Yo voy en esa universidad. ¡Es la mejor!-agregó Ruthie muy emocionada…
-Edward, creo que ya es tarde…-apresuró mi madre, en lugar de prisa más bien parecía que no se sentía cómoda con Ruthie a un lado de mi padre.
-Sí, ya es tarde. Creo que nosotros nos vamos.-se despidió mi papá.
-Está bien, espero verlos pronto.-nos dijo Bryer. Su madre nos dirigió una sonrisa, se despidió de cada uno con un delicado beso en la mejilla. El frío en la piel de mis padres, no pareció molestarla. Qué extraño…
-Hasta luego Ruthie…-deje mis palabras en el aire. La verdad esperaba volver a encontrarme con ellos, eran realmente personas amigables.
Caminamos de regreso a casa sin hablar. Yo me concentré más en observar las calles para no perderme después.
Mis padres volvieron a tomarse de la mano. Y de nuevo una imagen invadió mi mente… ¿Por qué no podía olvidar aquel sentimiento? ¿Por qué en mi cabeza la misma imagen aparecía a cada instante?
En cuanto llegamos a casa subí las escaleras y desempaqué la última maleta que tenía. Esa pequeña gran maleta estaba repleta de videos, una cámara fotográfica que mi papá me había regalado cuando cumplí 14 años; álbumes repletos de fotografías con mi familia, portarretratos, etc…
Conforme sacaba las cosas, las iba acomodando en mi habitación. Coloqué varias fotografías en mi tocador, unas más las bajé y las puse sobre los muebles de la sala. Parecía que el fondo de la maleta no existía, hasta que encontré aquella foto que tanta tristeza me había causado cuando me enteré de la mudanza… La foto donde sólo estábamos Jacob y yo.
En cuanto miré la foto, no pude evitar una lágrima más corriendo sobre mi mejilla. Fue un momento inolvidable. Pero, si estaba decidida a olvidarme de Jacob; tenía que deshacerme de esa foto, o mínimo no verla diariamente al despertar cada mañana en mi mesa de noche…
Saque la foto del portarretrato y la guarde dentro de un libro que supuse, no volvería a abrir; UN MUNCO SIN FIN era el título. Mi padre me había dicho que era muy bueno pero nunca le creí… Yo tenía el libro con la esperanza de algún día leerlo, pero creo que mi fuerza de voluntad nunca fue mucha.
Mi celular comenzó a sonar. [[Una canción de “The Mitch Hasen Band jejeje ((la música de este blog es de ese grupo!!))]] Deje el libro sobre un estante que estaba en el pasillo y tomé el celular para ver quien era… Jacob. Decidí no contestar; no tenía muchas ganas de hablar, y mucho menos de llorar.
-Contesta, Renesmee. ¿Qué tan malo puede ser?- me escuché decirme en mi cabeza.
La música se detuvo y la pantalla marcaba una llamada perdida. Mi padre apareció de repente frente a mí y me dio su celular…
-Es Jacob, quiere hablar contigo.
-Pero yo no quiero hablar con él, -una enorme mentira más, me moría por escucharlo pero no quería decirlo - no...
-Contesta nena, se escucha desesperado.-interrumpió mi madre antes de que yo pudiera pronunciar otra palabra…
-Está bien…-Miré el celular por un momento, lo coloque junto a mi oído y respondí…- ¿Hola?
-¡Nessie!- Era su voz… la voz del ser que tanto extrañaba.
CAPITULO ANTERIOR