Capítulo XVI
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Seguí mirando por la ventana, hasta que ese hermoso pelaje gris se decidió a entrar.
Bajé las escaleras muy desesperada…
-Leah… ¿qué estás haciendo aquí?- pregunté mientras le daba un gran abrazo. Ella nunca soporto a mi familia, pero después de tanto verme con Jake, terminó siendo una gran amiga mía. Ignorando mi pregunta, se metió en la cocina, y se transformó en humana. Parecía que nadie se había percatado de aquel lobo en la calle, un gran lobo en medio de la ciudad no era nada extraño después de todo.
Esperamos en la sala hasta que Leah saliera de la cocina, y cuando se acerco nos dijo…
-Bueno, sé que no es muy cortes que me aparezca de la nada en Canadá,- su mirada era de disgusto y su voz era penetrante- sé que no le quieres contestar las llamadas a Jacob, y que te quieres olvidar de él y todas esas tonterías que pasan por tu cabeza, y aunque no les parezca estaré aquí con ustedes hasta que Edward decida regresar a Forks y que tú Renesmee te des cuenta del daño que le hiciste a Jacob.
-¿Yo dañe a Jake?-pregunté con un hilo de voz.
-Sí. No llevas ni una semana lejos de él y lo haz hecho sentir peor que cuando estaba enamorado de tu madre.-en verdad estaba disgustada, y su amenaza de quedarse en casa, era en serio.
-Él fue el que pidió que me alejaran…
-Lo sé-interrumpió clavándole la mirada a mi padre.- pero sabes que esa decisión fue sin pensar. Jacob es como mi hermano, lo sabes, y siendo una manada, lo que él siente nosotros también. No sabes lo que él sufre al no tenerte cerca, nosotros debemos recibir ese mismo dolor por ti.
Mis padres no decían palabra, sólo escuchaban a Leah y me miraban mientras tanto.
-No pienso regresar a Forks-dije mirando al suelo- al menos no por ahora.
-Justo como pensaba, Renesmee igual de testaruda que sus padres. Pero como dije no saldré de aquí, hasta que ustedes vengan conmigo. Sacrificaré mi hermosa libertad por eso.
Mi vista se nublo, mis ojos se volvieron a llenar de lágrimas. ¿Realmente Jake sufría por tenerme lejos? Pero, fue él, el que me alejó.
-Pequeña-dijo mi padre tomándome en sus brazos- sé que la decisión de mudarnos, fue muy precipitada. Si tú quieres, podemos volver en el próximo avión…
-No-interrumpí entre lágrimas y sollozos.- quiero… quedarme.
-Oh por favor Renesmee, no hagas esto más difícil.-Leah se puso de rodillas frente a nosotros.-Sabes que te lo digo como amiga, Jake está sufriendo.
Las lágrimas seguía rodando por mis mejillas, y la voz se me había ido. Leah nunca me había mentido, y la verdad siempre salía de ella. Por más que buscara, la razón de mi llanto no existía.
-Linda,-dijo mi madre con una voz dulce-regresemos…
-¡No!-grité, no medí el volumen de mi voz. Quería que me escucharan, no me quería ir.-Quiero quedarme.
Subí a mi habitación sin escuchar más palabras. Jacob no podía estar sufriendo, él quiso esto.
Me metí en la cama, seguía llorando. Traté de pensar en otra cosa y olvidar que Leah había venido. Fue hasta la medianoche que pude introducirme en mi propia mente y soñar.
Cuando desperté, un enorme lobo gris estaba durmiendo justo a lado de mí.
Me levanté tratando de no hacer ruido y me metí a la ducha. Me vestí para ir a la escuela, bajé a desayunar y le pedí a mi padre que me llevara a la escuela. Aún era muy temprano, pero prefería estar en escuela sentada en una banca esperando la hora de la clase, en lugar de estar en casa escuchando cuando “sufría” Jacob.
Durante el camino a la escuela mi padre me volvió a preguntar sobre el regreso a Forks. Lo ignoré por completo.
Entré a la escuela sin al menos decirle adiós a mi padre.
Justo afuera de la cafetería había un lindo jardín, con pocos árboles y muchísimo pasto. Aún faltaba una hora para entrar a clase, así que me recosté sobre el pasto, cerré mis ojos y sin pensar en nada disfrute de ese gran momento… sola.
-¿No dormiste bien?-preguntó Bryer, haciéndome abrir los ojos.
-Pues, realmente no. Anoche…-mi celular, de nuevo comenzó a sonar. Jacob. ¡Caray! ¡¿Por qué no puede dejar de hacerme sentir mal?! ¿Acaso no sabe que Leah se encarga de recriminarme las cosas?
-Préstame tu celular, yo contestaré por ti.-estire la mano y se lo di.- ¿Hola?
-¿Nessie?-pude escuchar su voz, aun cuando no tuviera el teléfono.
-No. ¿Tú eres Jacob, no?
-Si… ¿quién eres tú?-se escuchaba muy confundido, su voz estaba lejos de mí, pero sabía distinguir los sentimientos de Jacob aún cuando no lo tuviera enfrente.
-Soy el mejor amigo de Renesmee, y te voy a pedir que dejes de molestarla.
-Ningún niño me va a decir que hacer…
-No, no te estoy amenazando ni nada por el estilo, hazlo como un favor para ella.-terminó la llamada y me devolvió el celular.- ¿Anoche?
-Gracias-dije con una pequeña sonrisa.
-No hay de que. Espero que no te vuelva a molestar.
-Ha, no hay duda de que lo hará.
-Bueno, olvídalo por un momento… dime ¿qué sucedió anoche?
-No puedo, de hecho, lo que sucedió anoche tiene que ver con él.
-Oh, entonces supongo que no debí…
-No, -dije antes de que terminara la frase- estuvo muy bien lo que le dijiste. Pero es que anoche,-Bryer se sentó a un lado de mí- ¿recuerdas a Leah?
-¿Cómo olvidar algo que me dijiste ayer? Bueno, mostraste.
-Si…-sonreí, aún mirando el pasto- Bueno, anoche llegó a la casa. Y bueno…
Puse mi mano sobre su mejilla, las palabras no podían salir de mi boca. Lo hice escuchar cada palabra que Leah me dijo… y parece que también lo hice sentir lo que yo.
-¿Debo acostumbrarme a eso?-preguntó cuando las imágenes terminaron
-Creo que… si-sonreí.
Sonó el timbre, era hora de ir a clase. Con Bryer, el día no era tan pesado, nunca hacia falta una risa entre nosotros. Aún sintiendo un hueco en mi pecho, me sentía feliz de estar aquí y tener a un chico extraordinario como mejor amigo…
Cuando terminaron las clases, acompañé a Bryer a su casa para que Amelie y Ruthie fueran a hablar con mis padres… y Leah.
Llegamos a casa y mis padres estaban sentados en la sala… con ella, y parecía estar al tanto de todo. Bryer y yo pedimos ir a comer, así que su conversación sería más privada si nosotros estábamos en la cocina. Bueno, yo podía escucharlos aún, pero estando en otra habitación me era más fácil olvidar que Leah estaba aquí.
-Amelie, ella es Leah. Una amiga de la familia… -comenzó mi padre-Bryer nos contó sobre tu secreto.
-Sí, lo sé… Él también me dijo sobre ustedes y su familia.
-Sólo podremos estar más tiempo aquí si ustedes prometen guardar nuestro secreto. Nosotros no diremos absolutamente nada sobre ti.
-Sé lo que esto implica y la verdad no veo necesidad de esta reunión, su secreto es como el mío propio.-tomé un respiro muy profundo.
-Muchas gracias.-dijo mi madre-Creo que ahora nuestras familias estarán un poco unidas debido a esto.
-Claro que sí. Además mi hijo y Renesmee, parecen entenderse muy bien.
-Demasiado bien para… solo ser amigos-dijo Leah con una voz retante…
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