Este es el último capítulo de este grandioso FAN FIC U.U, escrito por nuestra querida ALEXA CULLEN, pero recuerden si quieren tener el siguiente basado en "LUNA NUEVA" no se olviden de pedirlo y dejar sus comentarios.
Capítulo 23
El baile
La tomé entre mis brazos acunándola tiernamente contra mi pecho.
Traía un vestido de gasa azul que se ajustaba a su figura, los delgados tirantes de seda dejaban sus hombros al descubierto.
Era la criatura mas hermosa que yo había visto en mi vida y era mía, era mi Bella.
— Luces deslumbrante—. Le dije besando su frente.
— Gracias, pero tu estas increíblemente guapo—. Dijo en un susurro.
Caminé a velocidad humana, quería poder observarla completamente, pero de todas maneras llegamos demasiado rápido al coche.
La deposité en el asiento del copiloto grabando en mi mente todos los detalles de su figura, incorporándome lentamente, tratando de detener el tiempo.
Alice de verdad que se había esmerado para la ocasión, debería de hacerle algún regalo en agradecimiento.
Nos encontrábamos de camino hacia la carretera cuando preguntó:
— ¿Cuándo tienes pensado decirme de qué va todo esto? —
—Me sorprende que aún no lo hayas adivinado —.
Era más que obvio donde nos dirigíamos, yo de traje y corbata y ella de largo. ¿Que más podría ser?.
Una vez más me recordó lo “guapo” que estaba, era la segunda vez que lo decía en menos de quince minutos, pero ella me robaba el aliento, ella era la que seguramente atraería todas las miradas.
Seguramente aquel sopenco de Mike Newton no pararía de mirarla.
—No voy a volver más a tu casa si Alice y Esme siguen tratándome como a una Barbie, como a una cobaya cada vez que venga —. Dijo algo molesta.
Pero yo sabía que Alice lo hacía por cariño, bueno era cierto que no tenía a nadie mas con quien jugar, pero debo reconocer que ella siempre a tenido muy buen gusto.
Me sorprendí al escuchar mi teléfono, sin duda no estaba muy acostumbrado a recibir llamados.
Mi familia no tiene… ¿Como decir?... Urgencias muy a menudo.
El número era de Bella, bueno en realidad de su casa.
Sin duda era su padre para ver si todo estaba bien, últimamente lo hacía muy seguido.
—Hola, Charlie —. Le dije muy educadamente.
Desde el “Accidente” se había puesto muy aprensivo con su hija, parecía que se había incrementado en él todo el instinto paternal, que estuvo dormidos todos los años que permanecieron separados.
Era de esperar después del susto que había pasado.
— ¿Charlie? —. Pregunto ella con pánico en la voz.
Fue muy extraño asistir al cambio que sufrieron, Charlie retomó su papel de padre y Bella el de hija adolescente.
— Mira Edward, yo se que ya deben de ir en camino al baile… pero es que… bueno es que he recibido una visita… y el ha insistido en que…
Mira—. Dijo con mas determinación en la voz. — Aquí en mi casa, en mi sala, esta Tyler Crowley y dice que ha venido por Bella para llevarla al baile—.
¿Queeeé?
— ¡Me estás tomando el pelo! —. Le dije medio riendo. ¿Sería posible?
—No, claro que no, te digo que esta aquí, de traje y todo eso.
Edward yo le expliqué que Bella y tu, ya iban en camino pero insiste en hablar con ella—.
No podía entender cono ese estúpido chico se hubiera hecho ilusiones con Bella.
— ¿Por qué no me dejas que hable con él? —. Le dije de una buena vez, pondría fin a aquel asunto de una vez por todas.
—Hola, Tyler; soy Edward Cullen—. Le dije lo mas educado que pude, tragándome las amenazas que tenía en la punta de mi lengua. —Lamento que se haya producido algún tipo de malentendido, pero Bella no está disponible esta noche —. Eso no era del todo cierto. —. Para serte totalmente sincero, ella no va a estar disponible ninguna noche para cualquier otra persona que no sea yo, no te ofendas y lamento estropearte la velada —.
Puse mayor acento en “ninguna noche” Ya que parecía que el chico no entendía las sutilezas debía explicarle con todas las letras que ella era “Mi compañera” y no estaba dispuesto a compartirla con nadie y menos con un tonto niño insípido.
Cerré de golpe el teléfono, estaba seguro que con eso bastaría y si no lo hacía no dudaría en recurrir a otros métodos.
Me encontraba tan complacido conmigo mismo que no pude entender la reacción de Bella.
Tenía los ojos llenos de lágrimas y la cara roja, apretaba la mandíbula, como lo hace cuando esta molesta.
¿Acaso quería Tyler la siguiera cortejando? Eso no me hacía la menor gracia. ¿O con mis palabras de había ofendido de alguna manera?.
— ¿Me he extralimitado algo al final? No quería ofenderte—.
— ¡Me llevas al baile de fin de curso! —. Su voz estaba cargada de furia.
Tonta Bella, verdaderamente no se había dado cuenta que asistiríamos al baile.
Pero como había pasado eso por alto.
Toda la escuela estaba tapizada de anuncios y afiches referentes a la última actividad escolar.
Después de esto, tendríamos todo el verano para poder estar juntos, bueno todo el tiempo que su padre nos dejara en el día, eso si las noches serían todas mías y eso no lo canjeaba.
—No te pongas difícil, Bella, le pedí mirándola a los ojos y con la mejor y aterciopeladas de mis voces.
Pero ella se volteo a mirar por la ventana con los brazos cruzados sobre su pecho.
— ¿Por qué me haces esto? —. Me preguntó sin mirarme.
—Francamente, Bella, ¿qué otra cosa creías que íbamos a hacer?. Le dije señalando nuestro trajes formales.
¿Qué otra cosa podríamos hacer en traje de etiqueta? En Forks no existía ningún sitio que tuviera esa exigencia para ingresar.
La miré sorprendido, aun no entendía lo que sucedía.
Ya me había acostumbrado a no poder leer sus pensamientos y por lo general podía intuir lo que sucedía con ella, solo dando una pequeña mirada a sus ojos.
Pero estos estaban completamente nublados por las lágrimas.
—Esto es completamente ridículo. ¿Por qué lloras? —.
— ¡Porque estoy loca! —
Bueno eso ya lo sabía, pero sin duda no era la respuesta que yo estaba esperando, mas tarde tendría que averiguar a que se debía todo esto.
—Bella... — Sabía muy bien que discutiendo no llegaría a ningún sitio, ya conocía demasiado bien su testarudo carácter.
La miré con todo el poder de convencimiento que poseen mis ojos y le dije:
—Hazlo por mí amor—.
Extendí un poco mas mi mirada. Muchas veces aquello no funcionaba, sobre todo cuando se le metía algo entre ceja y ceja.
—Bien, me lo tomaré con calma, pero ya verás —. Dijo amenazante. —En mi caso, la mala suerte se está convirtiendo en un hábito, seguramente me romperé la otra pierna. ¡Mira este zapato! ¡Es una trampa mortal! —. Levantó su pierna “buena” para mostrar el delicado zapato que llevaba puesto dejando al descubierto su bien formada pierna.
—Humm Recuérdame que le dé las gracias a Alice esta noche—.
— ¿Alice va a estar allí? —. Pregunto mas animada.
—Si. Estará con Jasper, obviamente. Y Emmett estará con ... Rosalie —. Seguramente eso dejaría por el suelo su mejor ánimo.
Se mostró aun mas sorprendida cuando le conté que su padre también estaba al tanto de mis planes, es más creo que los únicos que no sabían nada sobre todo esto, eran Tyler y Bella por supuesto.
Si hasta su madre sabía, como podía ser tan despistada, ella sobre todo, que era siempre tan intuitiva.
El estacionamiento del Instituto estaba repleto de chicos vestidos lo mas elegantemente que les fue posible.
Aquel era el mas deseado evento para cualquier adolescente, claro que esa regla no se ajustaba a Bella.
Se encontraba obstinadamente sentada en el asiento del copiloto con los brazos cruzados.
Parecía una niña con un gran rabieta.
—Hay que ver—. Le dije riéndome ante su comportamiento. —Eres valiente como un león cuando alguien quiere matarte, pero cuando se menciona el baile... —
El rostro de Bella palideció repentinamente al escuchar esta última palabra …”Baile”… como si se tratase de una maldición o algo parecido.
—Bella, no voy a dejar que nada te haga daño, ni siquiera tú misma—. Le dije tratando de tranquilizarla. —Te prometo que voy a estar contigo todo el tiempo—.
Mis palabras parecieron causar el efecto deseado ya que sus ojos brillaron tiernamente y a continuación alargó su brazo hacia mi.
La gasa de su vestido era tan suave y se ajustaba tan bien a su cuerpo que era todo un placer sostenerla por la cintura contra mi cuerpo.
Seguimos nuestro camino hacia el gimnasio, todo estaba preparado para el mayor evento del pueblo.
Habíamos tenido que convencer a Alice de no entrometerse en el asunto de la organización. Como era su costumbre ya tenía un millón de ideas despampanantes para esta celebración.
Hasta mi padre había tenido que interferir en el asunto.
El nerviosismo de Bella era tal que repentinamente largaba a reír por nada.
Decía que el decorado parecía sacado de una vieja película de horror y que debíamos cerrar las puertas y acabar con los pueblerinos.
Claro que ella, estaría de nuestro lado.
Pero creo que a esa altura de la noche, era capaz de hacer cualquier cosa por no bailar.
Vi a mis hermanos que se encontraban bailando en medio de la pista.
“Solo ellos bailaban”, los demás los observaban con la boca abierta.
Era una escena digna de admirar, no entendía como habíamos logrado pasar desapercibidos estos dos últimos años, claro que desde que Bella había ingresado a nuestras vidas, habíamos compartido mas que nunca con todos aquellos humanos.
A medida que nos acercábamos mas hacia la pista, ella se apretó mas a mi cuerpo arrastrando sus pies.
—Tengo toda la noche—. Le dije calmada pero amenazante.
Alice, en medio de un giro, no dedicó una complacida mirada.
“Creo que no le haría nada mal un día de chicas. ¿Me pregunto como le quedará el rosa?...”.
Pensaba mientras ejecutaba un elaborado paso de baile.
“Aunque la mona de vista de seda…”
Rosalie era menos imparcial en cuanto a la apariencia de Bella.
Pero estaba completamente equivocada. ¿Como no la veía tal como ella era?. Simplemente perfecta en su condición humana.
A cada paso que dábamos Bella se ponía mas intranquila.
—Edward — Dijo apretando mi brazo. —De verdad, no puedo bailar—. Su cuerpo repentinamente se había puesto rígido como una tabla.
Le acaricie suavemente la mejilla. —No te preocupes, tonta. Yo sí puedo—.
Tomé sus brazos enroscándolos en mi cuello y me incliné levemente para atraerla hacia mi pecho, levantando levemente su cuerpo contra el mío. Sus pies descansaban ahora sobre los míos y de esa forma bailamos suavemente.
—Me siento como si tuviera cinco años — Me dijo mientras su rostro adquiría un hermoso tono sonrosado.
—No los aparentas —. Conteste conteniendo mi respiración mientras la elevaba varios centímetros hasta que nuestros rostros se encontraron a la misma altura.
El delicado y suave vestido me permitía sentir su ardiente cuerpo contra el mío, tenía la sensación de estar frente a una gran chimenea, calentándome, solo con el contacto.
—De acuerdo, esto no es ni la mitad de malo de lo que pensaba—. Dijo avergonzada, podía ver en el brillo de sus ojos que lo estaba disfrutando.
La música, las luces, todo aquello era simplemente perfecto, la mas hermosa compañera que yo hubiera soñado jamás.
Mi primer baile.
Pensándolo mejor junto a ella había compartido muchas primeras experiencias y me hacía feliz el saber que aun nos quedaban tantas otras por descubrir…
“Wow… ¿Esa es Bella?… Wow”.
Reconocí la desagradable voz mental antes que me llegará su hedor.
“Se me va a caer la cara de vergüenza cuando le diga lo que mi padre me envió a decir”
Era Jacob Black, pero que rayos estaba haciendo aquí, se encontraba inapropiadamente vestido para la ocasión y pretendía hablar con Bella justo en este momento.
No pude evitar soltar un gruñido por lo bajo.
— ¡Compórtate!—. Me dijo Bella en un susurro.
Avanzó torpemente, chocando con cada pareja que bailaba delante de él.
Se debatía internamente entre seguir hasta nuestra posición o dar media vuelta y salir corriendo.
—Hola, Bella, esperaba encontrarte aquí—. Apreté los dientes, conteniendo mi furia. Esto era pasarse de la raya.
Mis hermanos nos observaban a unos metros de distancia, para ellos también había sido muy fácil identificar la repentina peste que llenaba el salón.
—Hola, Jacob —. Le dijo en medio de una sonrisa Bella. —¿Qué quieres? —
— ¿Puedo interrumpir? —. Dijo mirándome a los ojos.
Definitivamente no era el lugar para tomar al chico por el cuello y lanzarlo al otro lado de la sala.
Pero creo que a Bella no le haría mucha gracia.
Me limité ha dejarla junto a Jacob, me partía el corazón tener que hacerlo, aquella era nuestra noche.
Quería que siempre la recordara, que me recordara “a mi” y ahora siempre estaría “él” en medio de nuestro recuerdo.
Caminé humanamente hasta un extremo del salón, me retorcía de rabia, Jacob la sujetaba nerviosamente por la cintura, el mismo lugar que habían ocupado mis manos hace menos de unos minutos.
Emmett no paraba de reír.
“Vaya, parece que un perro te quitó tu presa”
Dejé escapar un débil gruñido, lo suficientemente fuerte para que los oídos de mi hermano lo escucharan.
Me ofendía su forma de referirse a Bella.
“Tranquilo, tranquilo ha sido solo una broma, tranquilo. Ya sabes que solo hace falta una palabra para que estemos todos sobre ese tonto perro”
Torcí el gesto en respuesta, estaba seguro que hablaba en serio, pero aquello no era necesario.
Jacob Black solo había venido a hablar con Bella por encargo de su padre, pero la vergüenza le impedía cumplir el encargo.
La vi a través de sus ojos, la veía desde arriba, Bella levantaba su rostro para hablarle, sin duda debíamos ser de la misma altura.
Lo medí como mi oponente, como mi contrincante, sin embargo la inseguridad no era una característica de mi especie y menos en mi personalidad.
Sabía que era a mi a quien ella amaba.
Pero no podía dejar de sentir ira en contra de él, sobre todo cuando se encontraba mas que interesado en ella.
El que pudiera escuchar sus dos voces no me ayudaba en lo mas absoluto a mantener mi autocontrol…
—¿Puedes creerte que mi padre me ha pagado veinte pavos por venir a tu baile de fin de
curso? —. Admitió avergonzado.
—Claro que sí, bueno, espero que al menos lo estés pasando bien. ¿Has visto algo que te haya gustado? —. Le dijo Bella mientras en un gesto le indicaba la fila de chicas sin pareja.
—Sí, pero está comprometida—.
Lleve mis palmas hacia la pared, tratando inútilmente de encontrar algo a que aferrarme.
“Contrólate, por todos lo cielos”… Jasper, Jasper por favor… Decía la voz de Alice.
De inmediato pude sentir el poder de Jasper sobre mi, pero aún no era suficiente.
—A propósito, estás realmente guapa —. Terminó de decir Jacob.
“Rayos Edward, hay mas ojos sobre ti de lo que crees”.
Mire a mi alrededor, efectivamente un grupo de chicas me miraban nerviosamente.
Traté de tranquilizarme, dejando que el poder de Jasper me bañara completamente.
Billy Black creía que un lugar concurrido sería mas seguro para hablar.
No se había tragado eso del “Accidente” de Bella en Phoenix, creía que yo tenía algo que ver en el asunto.
Que increíble resultaba el comprobar que algunas veces los humanos tienen actitudes sobrenaturales.
Su mensaje era claro, nos recordaban una vez más el tratado con su Tribu.
Pero nosotros nunca olvidábamos, no cruzábamos la línea y el otro asunto también estaba presente, ahora mas que nunca.
Al hacer esto, mandar el mensaje a Bella, Billy lo hacía llegar directamente a mi, sólo para mi, si transformaba a Bella o si simplemente la mordía, se terminaba el pacto y empezaba la guerra.
Una razón más para mantener mi resolución de no transformar a Bella, una razón mas para alejarme de ella, ahora que aun era seguro.
El mensaje terminaba con un amenazante “Estaremos Vigilando”.
La música cambiaba de ritmo, Bella ya no sostenía los hombros de Jacob y decidí recuperar a mi novia.
— ¿Quieres bailar otra vez, o te llevo a algún lado? — Le preguntaba este a Bella.
—No es necesario, Jacob —. Le dije tranquilamente. —Yo me hago cargo—.
“¡¡Cielos!!, y este de donde a salido?” Pensó el chico mientras daba un salto al escuchar mi voz.
—Eh, no te he oído llegar — Dijo torpemente.
Soltó la cintura de Bella dando un paso atrás. —Espero verte por ahí, Bella —. Le dijo a modo de despedida.
Se fue dando grandes pasos, maldiciéndome una y otra vez.
Por fin recuperé lo que me pertenecía. Me sentía mas tranquilo teniéndola en mis brazos.
— ¿Te sientes mejor? —. Dijo con su rostro contra mi pecho.
Pero no me sentía bien del todo, aquello podría haber arruinado fácilmente la noche.
Bella me pedía que no enfadara con Billy, pero no era eso lo que me molestaba, era su hijo y su fijación por ella lo que me molestaba.
Además me había hecho romper mi promesa de estar junto a ella en todo momento y se refirió a ella como “guapa” esa palabra tan común, era la última que se debía utilizar para referirse a ella y sobre todo con el aspecto que tenía esta noche.
Claro que Bella pensaba que mi punto de vista no era imparcial, pero podía ver en la mente de los chicos a muestro alrededor que aquello era cierto y no me molestaban tanto como los pensamientos de Jacob.
— ¿Vas a explicarme ya el motivo de todo esto? —. Me preguntó ella refiriéndose al mensaje.
Esa era una muy buena pregunta, traté de ver sus ojos, pero ella miraba las guirnaldas de papel que adornaban el cielo.
Y de pronto todo tenía sentido en mi cabeza.
¿Porque Billy Black había enviado a su hijo justo hoy, aquí a la fiesta. Por que no lo hizo al día siguiente? ¿Porque debía ser hoy?.
¿Y donde creía Bella que iríamos, si no era a la fiesta’.
¿Que creían ellos que pasaría esta noche?
Estaba seguro que Bella podría entregarme algunas respuestas.
Sin dejar de bailar cruzamos el salón, saliendo por una puerta lateral que daba al jardín.
La tomé en mis brazos cargándola hasta el otro extremo, donde se encontraba un escondido banco debajo de unos grandes y frondosos madroños.
Me senté en silencio con ella en mi regazo, la luna se encontraba sobre lo alto, iluminando la noche, sus rayos se filtraban entre las ramas del los árboles como si fuera una débil luz solar.
— ¿Qué te preocupa? —. Dijo suavemente.
Sentí su suave voz en mi rostro, toda la escena era como sacada de un cuento de hadas y el hada se encontraba justo en mis brazos.
—El crepúsculo, otra vez, otro final, no importa lo perfecto que sea el día, siempre ha de acabar—.
Debería prestar oídos a las advertencias Quileutes, debería escuchar y acabar con esto.
—Algunas cosas no tienen por qué terminar —. Se había puesto tensa repentinamente.
Debía decir mis razones, tratar que entendiera que por mi causa no debía renunciar a su vida humana.
Confesé que la había traído al baile, esperando que disfrutara y viviera toda experiencia humana.
Quería que su vida continuara sin interrupciones, que viviera como lo habría hecho si yo no existiera.
Su cuerpo tembló levemente para luego negar con la cabeza.
Dijo que aun si yo no existiera, ella jamás habría asistido a una fiesta de graduación.
Que si yo no la hubiera obligado no estaría aquí.
Sin duda la habría obligado de ser necesario usando mi fuerza.
—Tú misma has reconocido que no ha sido tan malo—. Le dije recordando sus palabras.
—Bueno solo porque estaba contigo—.
No dije nada sobre su comentario, no quería volver a discutir sobre las ventajas de su condición.
Pero aun necesitaba algunas respuestas y debía obtenerlas, tenía toda la convicción que aquello sería una gran tarea.
Debía obligarla a comprometerse para que me entregara una respuesta sincera.
La mire a los ojos para estudiar su reacción.
— ¿Me contestarás si te pregunto algo? —. Le miré a los ojos, debía saber si era sincera.
— ¿No lo hago siempre? — Pero no se comprometía aun.
—Prométeme que lo harás — Le dije manteniendo mi buen humor
Accedió a mi petición y lance mi pregunta.
—Parecías realmente sorprendida cuando te diste cuenta de que te traía aquí …
—Lo estaba —. Dijo en medio, interrumpiéndome.
—Exacto — Le dije sonriendo un poco por su reacción. —Pero algo tendrías que suponer. Siento curiosidad... ¿Para qué pensaste que nos vestíamos de esta forma? —.
Bella se mordía ahora los labios.
—No quiero decírtelo—. Había hecho bien al hacerle prometer.
—Lo has prometido—. Estaba seguro que me habría mentido de no haberlo hecho.
Pero ella cumpliría su promesa. Estaba preocupada ya que creía que su respuesta me haría enojar o entristecer. Pero creo que seguramente pasaría las dos cosas si ella tenía tantos problemas para decirlo. Pero aun así quería saber y le pedí por favor que lo hiciera.
—Bueno, supuse que iba a ser una especie de... ocasión especial. Ni se me pasó por la cabeza que fuera algo tan humano y común como... ¡un baile de fin de curso! —.
— ¿Humano? —. ¿A que se refería con humano? Que otra cosa podríamos hacer.
Ella no respondía, jugaba nerviosamente con su vestido, dándome rápidas miradas.
Aquello ya me estaba resultando algo molesto.
—De acuerdo—. Dijo de pronto. —Albergaba la esperanza de que tal vez hubieras cambiado de idea y que, después de todo, me transformaras—.
Habló rápidamente como si quisiera que las palabras se las llevara pronto el viento.
Pero de su boca humana no saldrían mas rápido y menos claro, aún soñaba con la idea de ser vampiro, porque se encaprichaba con algo que yo jamás me atrevería a darle.
Que falsa expectación se hacía con nuestra vida? Sin duda le resultábamos bellos y fuertes, pero esas no son razones para abandonar su naturaleza y querer vivir fuera de la gracia de Dios por toda la eternidad.
No sería yo quien la condenará y haría todo lo posible para evitar que cualquier otro lo hiciese aun si en ello perdía la mía.
Bella jamás sería como nosotros, jamás.
Y en que extraño universo nos pondríamos trajes para transformar a alguien, por todos los santos, ella estaba verdaderamente mal de la cabeza, por eso no podía ver lo que pensaba. Estaba loca de remate.
—Pensaste que sería una ocasión para vestirse de tiros largos, ¿a que sí? —. Le dije mientras tocaba mi traje.
Se defendió diciendo que no sabía como funcionaban las cosas referentes a la transformación y que su respuesta no era para reír.
Debía tomar su respuesta por broma, pero ella insistía en que no lo era y yo sabía perfectamente que era así.
—¿Y eso es lo que deseas de verdad? —. Le dije sabiendo que aquello era lo único que no le podía dar.
Mordió su labio y afirmó con la cabeza.
—¿De modo que estás preparada para que este sea tu final, el crepúsculo de tu existencia aunque apenas si has comenzado a vivir, estás dispuesta a dejar todo y a todos, solo por ser como yo?
Pero ella decía que no era el final, que era el comienzo, claro, el comienzo de sus torturas, de sus lamentos, el principio de su sed, debería vivir eternamente estando sedienta y no se saciaría nunca, ella siempre querría mas y mas, hasta y si era posible, controlar su deseo.
Contemple su expresión, verdaderamente era lo que quería.
Que sucedería si yo…
— ¿Estás preparada, entonces? —. Le dije maliciosamente.
—Esto... ¿Ya? —. No me parecía muy valiente ahora.
Podía ver que aquello que decía no lo sentía realmente, estaba muerta de miedo.
Me incline lentamente contra su cuello hasta rozarlo.
— ¿Ahora, ya? —. Dije contra su piel, su cuerpo se estremeció fuertemente.
—Sí —. Dijo casi imperceptiblemente mientras empezaba a respirar rápida e irregularmente, su cuerpo estaba completamente rígido bajo mis abrazos, en fin, estaba que saltaba de miedo.
Me reí de buena manera mientras alzaba mi rostro para ver su expresión.
No podía creer que pensara que daría mi brazo a torcer tan pronto.
Pero ella soñaba con aquello.
Soñaba con ser un monstruo.
—No exactamente, más bien sueño con poder estar contigo para siempre—. Dijo arrugando su frente.
Yo también quería estar con ella para siempre, pero también sabía lo que era correcto y lo correcto era caminar sobre esa delgada línea que había formado en mi cabeza.
Vivir con ella, respetando su tiempo y su naturaleza, hasta que el tiempo y solo el tiempo nos separara.
—Bella. Yo voy a estar contigo..., ¿no basta con eso? —. Le dije tratando de aminorar mi propio dolor.
Su boca se movió para contraatacar mi respuesta pero puse mis dedos sobre sus labios.
—Shhhhh. Basta por ahora. Bella déjalo ya. ¿No te basta con tener una larga y feliz vida a mi lado? —
Lo pensó un momento.
—Si. Me basta, pero solo por ahora—.
No se rendía, solo lo dejaba correr, estaba seguro que muy pronto volveríamos a tener esta conversación, pero agradecía que lo dejara hasta aquí…Por hoy.
Nuestras miradas se encontraron, la amaba más que a nada en esta existencia.
Y la bese… la bese con pasión en mis labios, con mi ser, lo hice mirando el futuro lleno de esperanza ,con mi corazón que le pertenecía y con toda mi alma.
El baile
La tomé entre mis brazos acunándola tiernamente contra mi pecho.
Traía un vestido de gasa azul que se ajustaba a su figura, los delgados tirantes de seda dejaban sus hombros al descubierto.
Era la criatura mas hermosa que yo había visto en mi vida y era mía, era mi Bella.
— Luces deslumbrante—. Le dije besando su frente.
— Gracias, pero tu estas increíblemente guapo—. Dijo en un susurro.
Caminé a velocidad humana, quería poder observarla completamente, pero de todas maneras llegamos demasiado rápido al coche.
La deposité en el asiento del copiloto grabando en mi mente todos los detalles de su figura, incorporándome lentamente, tratando de detener el tiempo.
Alice de verdad que se había esmerado para la ocasión, debería de hacerle algún regalo en agradecimiento.
Nos encontrábamos de camino hacia la carretera cuando preguntó:
— ¿Cuándo tienes pensado decirme de qué va todo esto? —
—Me sorprende que aún no lo hayas adivinado —.
Era más que obvio donde nos dirigíamos, yo de traje y corbata y ella de largo. ¿Que más podría ser?.
Una vez más me recordó lo “guapo” que estaba, era la segunda vez que lo decía en menos de quince minutos, pero ella me robaba el aliento, ella era la que seguramente atraería todas las miradas.
Seguramente aquel sopenco de Mike Newton no pararía de mirarla.
—No voy a volver más a tu casa si Alice y Esme siguen tratándome como a una Barbie, como a una cobaya cada vez que venga —. Dijo algo molesta.
Pero yo sabía que Alice lo hacía por cariño, bueno era cierto que no tenía a nadie mas con quien jugar, pero debo reconocer que ella siempre a tenido muy buen gusto.
Me sorprendí al escuchar mi teléfono, sin duda no estaba muy acostumbrado a recibir llamados.
Mi familia no tiene… ¿Como decir?... Urgencias muy a menudo.
El número era de Bella, bueno en realidad de su casa.
Sin duda era su padre para ver si todo estaba bien, últimamente lo hacía muy seguido.
—Hola, Charlie —. Le dije muy educadamente.
Desde el “Accidente” se había puesto muy aprensivo con su hija, parecía que se había incrementado en él todo el instinto paternal, que estuvo dormidos todos los años que permanecieron separados.
Era de esperar después del susto que había pasado.
— ¿Charlie? —. Pregunto ella con pánico en la voz.
Fue muy extraño asistir al cambio que sufrieron, Charlie retomó su papel de padre y Bella el de hija adolescente.
— Mira Edward, yo se que ya deben de ir en camino al baile… pero es que… bueno es que he recibido una visita… y el ha insistido en que…
Mira—. Dijo con mas determinación en la voz. — Aquí en mi casa, en mi sala, esta Tyler Crowley y dice que ha venido por Bella para llevarla al baile—.
¿Queeeé?
— ¡Me estás tomando el pelo! —. Le dije medio riendo. ¿Sería posible?
—No, claro que no, te digo que esta aquí, de traje y todo eso.
Edward yo le expliqué que Bella y tu, ya iban en camino pero insiste en hablar con ella—.
No podía entender cono ese estúpido chico se hubiera hecho ilusiones con Bella.
— ¿Por qué no me dejas que hable con él? —. Le dije de una buena vez, pondría fin a aquel asunto de una vez por todas.
—Hola, Tyler; soy Edward Cullen—. Le dije lo mas educado que pude, tragándome las amenazas que tenía en la punta de mi lengua. —Lamento que se haya producido algún tipo de malentendido, pero Bella no está disponible esta noche —. Eso no era del todo cierto. —. Para serte totalmente sincero, ella no va a estar disponible ninguna noche para cualquier otra persona que no sea yo, no te ofendas y lamento estropearte la velada —.
Puse mayor acento en “ninguna noche” Ya que parecía que el chico no entendía las sutilezas debía explicarle con todas las letras que ella era “Mi compañera” y no estaba dispuesto a compartirla con nadie y menos con un tonto niño insípido.
Cerré de golpe el teléfono, estaba seguro que con eso bastaría y si no lo hacía no dudaría en recurrir a otros métodos.
Me encontraba tan complacido conmigo mismo que no pude entender la reacción de Bella.
Tenía los ojos llenos de lágrimas y la cara roja, apretaba la mandíbula, como lo hace cuando esta molesta.
¿Acaso quería Tyler la siguiera cortejando? Eso no me hacía la menor gracia. ¿O con mis palabras de había ofendido de alguna manera?.
— ¿Me he extralimitado algo al final? No quería ofenderte—.
— ¡Me llevas al baile de fin de curso! —. Su voz estaba cargada de furia.
Tonta Bella, verdaderamente no se había dado cuenta que asistiríamos al baile.
Pero como había pasado eso por alto.
Toda la escuela estaba tapizada de anuncios y afiches referentes a la última actividad escolar.
Después de esto, tendríamos todo el verano para poder estar juntos, bueno todo el tiempo que su padre nos dejara en el día, eso si las noches serían todas mías y eso no lo canjeaba.
—No te pongas difícil, Bella, le pedí mirándola a los ojos y con la mejor y aterciopeladas de mis voces.
Pero ella se volteo a mirar por la ventana con los brazos cruzados sobre su pecho.
— ¿Por qué me haces esto? —. Me preguntó sin mirarme.
—Francamente, Bella, ¿qué otra cosa creías que íbamos a hacer?. Le dije señalando nuestro trajes formales.
¿Qué otra cosa podríamos hacer en traje de etiqueta? En Forks no existía ningún sitio que tuviera esa exigencia para ingresar.
La miré sorprendido, aun no entendía lo que sucedía.
Ya me había acostumbrado a no poder leer sus pensamientos y por lo general podía intuir lo que sucedía con ella, solo dando una pequeña mirada a sus ojos.
Pero estos estaban completamente nublados por las lágrimas.
—Esto es completamente ridículo. ¿Por qué lloras? —.
— ¡Porque estoy loca! —
Bueno eso ya lo sabía, pero sin duda no era la respuesta que yo estaba esperando, mas tarde tendría que averiguar a que se debía todo esto.
—Bella... — Sabía muy bien que discutiendo no llegaría a ningún sitio, ya conocía demasiado bien su testarudo carácter.
La miré con todo el poder de convencimiento que poseen mis ojos y le dije:
—Hazlo por mí amor—.
Extendí un poco mas mi mirada. Muchas veces aquello no funcionaba, sobre todo cuando se le metía algo entre ceja y ceja.
—Bien, me lo tomaré con calma, pero ya verás —. Dijo amenazante. —En mi caso, la mala suerte se está convirtiendo en un hábito, seguramente me romperé la otra pierna. ¡Mira este zapato! ¡Es una trampa mortal! —. Levantó su pierna “buena” para mostrar el delicado zapato que llevaba puesto dejando al descubierto su bien formada pierna.
—Humm Recuérdame que le dé las gracias a Alice esta noche—.
— ¿Alice va a estar allí? —. Pregunto mas animada.
—Si. Estará con Jasper, obviamente. Y Emmett estará con ... Rosalie —. Seguramente eso dejaría por el suelo su mejor ánimo.
Se mostró aun mas sorprendida cuando le conté que su padre también estaba al tanto de mis planes, es más creo que los únicos que no sabían nada sobre todo esto, eran Tyler y Bella por supuesto.
Si hasta su madre sabía, como podía ser tan despistada, ella sobre todo, que era siempre tan intuitiva.
El estacionamiento del Instituto estaba repleto de chicos vestidos lo mas elegantemente que les fue posible.
Aquel era el mas deseado evento para cualquier adolescente, claro que esa regla no se ajustaba a Bella.
Se encontraba obstinadamente sentada en el asiento del copiloto con los brazos cruzados.
Parecía una niña con un gran rabieta.
—Hay que ver—. Le dije riéndome ante su comportamiento. —Eres valiente como un león cuando alguien quiere matarte, pero cuando se menciona el baile... —
El rostro de Bella palideció repentinamente al escuchar esta última palabra …”Baile”… como si se tratase de una maldición o algo parecido.
—Bella, no voy a dejar que nada te haga daño, ni siquiera tú misma—. Le dije tratando de tranquilizarla. —Te prometo que voy a estar contigo todo el tiempo—.
Mis palabras parecieron causar el efecto deseado ya que sus ojos brillaron tiernamente y a continuación alargó su brazo hacia mi.
La gasa de su vestido era tan suave y se ajustaba tan bien a su cuerpo que era todo un placer sostenerla por la cintura contra mi cuerpo.
Seguimos nuestro camino hacia el gimnasio, todo estaba preparado para el mayor evento del pueblo.
Habíamos tenido que convencer a Alice de no entrometerse en el asunto de la organización. Como era su costumbre ya tenía un millón de ideas despampanantes para esta celebración.
Hasta mi padre había tenido que interferir en el asunto.
El nerviosismo de Bella era tal que repentinamente largaba a reír por nada.
Decía que el decorado parecía sacado de una vieja película de horror y que debíamos cerrar las puertas y acabar con los pueblerinos.
Claro que ella, estaría de nuestro lado.
Pero creo que a esa altura de la noche, era capaz de hacer cualquier cosa por no bailar.
Vi a mis hermanos que se encontraban bailando en medio de la pista.
“Solo ellos bailaban”, los demás los observaban con la boca abierta.
Era una escena digna de admirar, no entendía como habíamos logrado pasar desapercibidos estos dos últimos años, claro que desde que Bella había ingresado a nuestras vidas, habíamos compartido mas que nunca con todos aquellos humanos.
A medida que nos acercábamos mas hacia la pista, ella se apretó mas a mi cuerpo arrastrando sus pies.
—Tengo toda la noche—. Le dije calmada pero amenazante.
Alice, en medio de un giro, no dedicó una complacida mirada.
“Creo que no le haría nada mal un día de chicas. ¿Me pregunto como le quedará el rosa?...”.
Pensaba mientras ejecutaba un elaborado paso de baile.
“Aunque la mona de vista de seda…”
Rosalie era menos imparcial en cuanto a la apariencia de Bella.
Pero estaba completamente equivocada. ¿Como no la veía tal como ella era?. Simplemente perfecta en su condición humana.
A cada paso que dábamos Bella se ponía mas intranquila.
—Edward — Dijo apretando mi brazo. —De verdad, no puedo bailar—. Su cuerpo repentinamente se había puesto rígido como una tabla.
Le acaricie suavemente la mejilla. —No te preocupes, tonta. Yo sí puedo—.
Tomé sus brazos enroscándolos en mi cuello y me incliné levemente para atraerla hacia mi pecho, levantando levemente su cuerpo contra el mío. Sus pies descansaban ahora sobre los míos y de esa forma bailamos suavemente.
—Me siento como si tuviera cinco años — Me dijo mientras su rostro adquiría un hermoso tono sonrosado.
—No los aparentas —. Conteste conteniendo mi respiración mientras la elevaba varios centímetros hasta que nuestros rostros se encontraron a la misma altura.
El delicado y suave vestido me permitía sentir su ardiente cuerpo contra el mío, tenía la sensación de estar frente a una gran chimenea, calentándome, solo con el contacto.
—De acuerdo, esto no es ni la mitad de malo de lo que pensaba—. Dijo avergonzada, podía ver en el brillo de sus ojos que lo estaba disfrutando.
La música, las luces, todo aquello era simplemente perfecto, la mas hermosa compañera que yo hubiera soñado jamás.
Mi primer baile.
Pensándolo mejor junto a ella había compartido muchas primeras experiencias y me hacía feliz el saber que aun nos quedaban tantas otras por descubrir…
“Wow… ¿Esa es Bella?… Wow”.
Reconocí la desagradable voz mental antes que me llegará su hedor.
“Se me va a caer la cara de vergüenza cuando le diga lo que mi padre me envió a decir”
Era Jacob Black, pero que rayos estaba haciendo aquí, se encontraba inapropiadamente vestido para la ocasión y pretendía hablar con Bella justo en este momento.
No pude evitar soltar un gruñido por lo bajo.
— ¡Compórtate!—. Me dijo Bella en un susurro.
Avanzó torpemente, chocando con cada pareja que bailaba delante de él.
Se debatía internamente entre seguir hasta nuestra posición o dar media vuelta y salir corriendo.
—Hola, Bella, esperaba encontrarte aquí—. Apreté los dientes, conteniendo mi furia. Esto era pasarse de la raya.
Mis hermanos nos observaban a unos metros de distancia, para ellos también había sido muy fácil identificar la repentina peste que llenaba el salón.
—Hola, Jacob —. Le dijo en medio de una sonrisa Bella. —¿Qué quieres? —
— ¿Puedo interrumpir? —. Dijo mirándome a los ojos.
Definitivamente no era el lugar para tomar al chico por el cuello y lanzarlo al otro lado de la sala.
Pero creo que a Bella no le haría mucha gracia.
Me limité ha dejarla junto a Jacob, me partía el corazón tener que hacerlo, aquella era nuestra noche.
Quería que siempre la recordara, que me recordara “a mi” y ahora siempre estaría “él” en medio de nuestro recuerdo.
Caminé humanamente hasta un extremo del salón, me retorcía de rabia, Jacob la sujetaba nerviosamente por la cintura, el mismo lugar que habían ocupado mis manos hace menos de unos minutos.
Emmett no paraba de reír.
“Vaya, parece que un perro te quitó tu presa”
Dejé escapar un débil gruñido, lo suficientemente fuerte para que los oídos de mi hermano lo escucharan.
Me ofendía su forma de referirse a Bella.
“Tranquilo, tranquilo ha sido solo una broma, tranquilo. Ya sabes que solo hace falta una palabra para que estemos todos sobre ese tonto perro”
Torcí el gesto en respuesta, estaba seguro que hablaba en serio, pero aquello no era necesario.
Jacob Black solo había venido a hablar con Bella por encargo de su padre, pero la vergüenza le impedía cumplir el encargo.
La vi a través de sus ojos, la veía desde arriba, Bella levantaba su rostro para hablarle, sin duda debíamos ser de la misma altura.
Lo medí como mi oponente, como mi contrincante, sin embargo la inseguridad no era una característica de mi especie y menos en mi personalidad.
Sabía que era a mi a quien ella amaba.
Pero no podía dejar de sentir ira en contra de él, sobre todo cuando se encontraba mas que interesado en ella.
El que pudiera escuchar sus dos voces no me ayudaba en lo mas absoluto a mantener mi autocontrol…
—¿Puedes creerte que mi padre me ha pagado veinte pavos por venir a tu baile de fin de
curso? —. Admitió avergonzado.
—Claro que sí, bueno, espero que al menos lo estés pasando bien. ¿Has visto algo que te haya gustado? —. Le dijo Bella mientras en un gesto le indicaba la fila de chicas sin pareja.
—Sí, pero está comprometida—.
Lleve mis palmas hacia la pared, tratando inútilmente de encontrar algo a que aferrarme.
“Contrólate, por todos lo cielos”… Jasper, Jasper por favor… Decía la voz de Alice.
De inmediato pude sentir el poder de Jasper sobre mi, pero aún no era suficiente.
—A propósito, estás realmente guapa —. Terminó de decir Jacob.
“Rayos Edward, hay mas ojos sobre ti de lo que crees”.
Mire a mi alrededor, efectivamente un grupo de chicas me miraban nerviosamente.
Traté de tranquilizarme, dejando que el poder de Jasper me bañara completamente.
Billy Black creía que un lugar concurrido sería mas seguro para hablar.
No se había tragado eso del “Accidente” de Bella en Phoenix, creía que yo tenía algo que ver en el asunto.
Que increíble resultaba el comprobar que algunas veces los humanos tienen actitudes sobrenaturales.
Su mensaje era claro, nos recordaban una vez más el tratado con su Tribu.
Pero nosotros nunca olvidábamos, no cruzábamos la línea y el otro asunto también estaba presente, ahora mas que nunca.
Al hacer esto, mandar el mensaje a Bella, Billy lo hacía llegar directamente a mi, sólo para mi, si transformaba a Bella o si simplemente la mordía, se terminaba el pacto y empezaba la guerra.
Una razón más para mantener mi resolución de no transformar a Bella, una razón mas para alejarme de ella, ahora que aun era seguro.
El mensaje terminaba con un amenazante “Estaremos Vigilando”.
La música cambiaba de ritmo, Bella ya no sostenía los hombros de Jacob y decidí recuperar a mi novia.
— ¿Quieres bailar otra vez, o te llevo a algún lado? — Le preguntaba este a Bella.
—No es necesario, Jacob —. Le dije tranquilamente. —Yo me hago cargo—.
“¡¡Cielos!!, y este de donde a salido?” Pensó el chico mientras daba un salto al escuchar mi voz.
—Eh, no te he oído llegar — Dijo torpemente.
Soltó la cintura de Bella dando un paso atrás. —Espero verte por ahí, Bella —. Le dijo a modo de despedida.
Se fue dando grandes pasos, maldiciéndome una y otra vez.
Por fin recuperé lo que me pertenecía. Me sentía mas tranquilo teniéndola en mis brazos.
— ¿Te sientes mejor? —. Dijo con su rostro contra mi pecho.
Pero no me sentía bien del todo, aquello podría haber arruinado fácilmente la noche.
Bella me pedía que no enfadara con Billy, pero no era eso lo que me molestaba, era su hijo y su fijación por ella lo que me molestaba.
Además me había hecho romper mi promesa de estar junto a ella en todo momento y se refirió a ella como “guapa” esa palabra tan común, era la última que se debía utilizar para referirse a ella y sobre todo con el aspecto que tenía esta noche.
Claro que Bella pensaba que mi punto de vista no era imparcial, pero podía ver en la mente de los chicos a muestro alrededor que aquello era cierto y no me molestaban tanto como los pensamientos de Jacob.
— ¿Vas a explicarme ya el motivo de todo esto? —. Me preguntó ella refiriéndose al mensaje.
Esa era una muy buena pregunta, traté de ver sus ojos, pero ella miraba las guirnaldas de papel que adornaban el cielo.
Y de pronto todo tenía sentido en mi cabeza.
¿Porque Billy Black había enviado a su hijo justo hoy, aquí a la fiesta. Por que no lo hizo al día siguiente? ¿Porque debía ser hoy?.
¿Y donde creía Bella que iríamos, si no era a la fiesta’.
¿Que creían ellos que pasaría esta noche?
Estaba seguro que Bella podría entregarme algunas respuestas.
Sin dejar de bailar cruzamos el salón, saliendo por una puerta lateral que daba al jardín.
La tomé en mis brazos cargándola hasta el otro extremo, donde se encontraba un escondido banco debajo de unos grandes y frondosos madroños.
Me senté en silencio con ella en mi regazo, la luna se encontraba sobre lo alto, iluminando la noche, sus rayos se filtraban entre las ramas del los árboles como si fuera una débil luz solar.
— ¿Qué te preocupa? —. Dijo suavemente.
Sentí su suave voz en mi rostro, toda la escena era como sacada de un cuento de hadas y el hada se encontraba justo en mis brazos.
—El crepúsculo, otra vez, otro final, no importa lo perfecto que sea el día, siempre ha de acabar—.
Debería prestar oídos a las advertencias Quileutes, debería escuchar y acabar con esto.
—Algunas cosas no tienen por qué terminar —. Se había puesto tensa repentinamente.
Debía decir mis razones, tratar que entendiera que por mi causa no debía renunciar a su vida humana.
Confesé que la había traído al baile, esperando que disfrutara y viviera toda experiencia humana.
Quería que su vida continuara sin interrupciones, que viviera como lo habría hecho si yo no existiera.
Su cuerpo tembló levemente para luego negar con la cabeza.
Dijo que aun si yo no existiera, ella jamás habría asistido a una fiesta de graduación.
Que si yo no la hubiera obligado no estaría aquí.
Sin duda la habría obligado de ser necesario usando mi fuerza.
—Tú misma has reconocido que no ha sido tan malo—. Le dije recordando sus palabras.
—Bueno solo porque estaba contigo—.
No dije nada sobre su comentario, no quería volver a discutir sobre las ventajas de su condición.
Pero aun necesitaba algunas respuestas y debía obtenerlas, tenía toda la convicción que aquello sería una gran tarea.
Debía obligarla a comprometerse para que me entregara una respuesta sincera.
La mire a los ojos para estudiar su reacción.
— ¿Me contestarás si te pregunto algo? —. Le miré a los ojos, debía saber si era sincera.
— ¿No lo hago siempre? — Pero no se comprometía aun.
—Prométeme que lo harás — Le dije manteniendo mi buen humor
Accedió a mi petición y lance mi pregunta.
—Parecías realmente sorprendida cuando te diste cuenta de que te traía aquí …
—Lo estaba —. Dijo en medio, interrumpiéndome.
—Exacto — Le dije sonriendo un poco por su reacción. —Pero algo tendrías que suponer. Siento curiosidad... ¿Para qué pensaste que nos vestíamos de esta forma? —.
Bella se mordía ahora los labios.
—No quiero decírtelo—. Había hecho bien al hacerle prometer.
—Lo has prometido—. Estaba seguro que me habría mentido de no haberlo hecho.
Pero ella cumpliría su promesa. Estaba preocupada ya que creía que su respuesta me haría enojar o entristecer. Pero creo que seguramente pasaría las dos cosas si ella tenía tantos problemas para decirlo. Pero aun así quería saber y le pedí por favor que lo hiciera.
—Bueno, supuse que iba a ser una especie de... ocasión especial. Ni se me pasó por la cabeza que fuera algo tan humano y común como... ¡un baile de fin de curso! —.
— ¿Humano? —. ¿A que se refería con humano? Que otra cosa podríamos hacer.
Ella no respondía, jugaba nerviosamente con su vestido, dándome rápidas miradas.
Aquello ya me estaba resultando algo molesto.
—De acuerdo—. Dijo de pronto. —Albergaba la esperanza de que tal vez hubieras cambiado de idea y que, después de todo, me transformaras—.
Habló rápidamente como si quisiera que las palabras se las llevara pronto el viento.
Pero de su boca humana no saldrían mas rápido y menos claro, aún soñaba con la idea de ser vampiro, porque se encaprichaba con algo que yo jamás me atrevería a darle.
Que falsa expectación se hacía con nuestra vida? Sin duda le resultábamos bellos y fuertes, pero esas no son razones para abandonar su naturaleza y querer vivir fuera de la gracia de Dios por toda la eternidad.
No sería yo quien la condenará y haría todo lo posible para evitar que cualquier otro lo hiciese aun si en ello perdía la mía.
Bella jamás sería como nosotros, jamás.
Y en que extraño universo nos pondríamos trajes para transformar a alguien, por todos los santos, ella estaba verdaderamente mal de la cabeza, por eso no podía ver lo que pensaba. Estaba loca de remate.
—Pensaste que sería una ocasión para vestirse de tiros largos, ¿a que sí? —. Le dije mientras tocaba mi traje.
Se defendió diciendo que no sabía como funcionaban las cosas referentes a la transformación y que su respuesta no era para reír.
Debía tomar su respuesta por broma, pero ella insistía en que no lo era y yo sabía perfectamente que era así.
—¿Y eso es lo que deseas de verdad? —. Le dije sabiendo que aquello era lo único que no le podía dar.
Mordió su labio y afirmó con la cabeza.
—¿De modo que estás preparada para que este sea tu final, el crepúsculo de tu existencia aunque apenas si has comenzado a vivir, estás dispuesta a dejar todo y a todos, solo por ser como yo?
Pero ella decía que no era el final, que era el comienzo, claro, el comienzo de sus torturas, de sus lamentos, el principio de su sed, debería vivir eternamente estando sedienta y no se saciaría nunca, ella siempre querría mas y mas, hasta y si era posible, controlar su deseo.
Contemple su expresión, verdaderamente era lo que quería.
Que sucedería si yo…
— ¿Estás preparada, entonces? —. Le dije maliciosamente.
—Esto... ¿Ya? —. No me parecía muy valiente ahora.
Podía ver que aquello que decía no lo sentía realmente, estaba muerta de miedo.
Me incline lentamente contra su cuello hasta rozarlo.
— ¿Ahora, ya? —. Dije contra su piel, su cuerpo se estremeció fuertemente.
—Sí —. Dijo casi imperceptiblemente mientras empezaba a respirar rápida e irregularmente, su cuerpo estaba completamente rígido bajo mis abrazos, en fin, estaba que saltaba de miedo.
Me reí de buena manera mientras alzaba mi rostro para ver su expresión.
No podía creer que pensara que daría mi brazo a torcer tan pronto.
Pero ella soñaba con aquello.
Soñaba con ser un monstruo.
—No exactamente, más bien sueño con poder estar contigo para siempre—. Dijo arrugando su frente.
Yo también quería estar con ella para siempre, pero también sabía lo que era correcto y lo correcto era caminar sobre esa delgada línea que había formado en mi cabeza.
Vivir con ella, respetando su tiempo y su naturaleza, hasta que el tiempo y solo el tiempo nos separara.
—Bella. Yo voy a estar contigo..., ¿no basta con eso? —. Le dije tratando de aminorar mi propio dolor.
Su boca se movió para contraatacar mi respuesta pero puse mis dedos sobre sus labios.
—Shhhhh. Basta por ahora. Bella déjalo ya. ¿No te basta con tener una larga y feliz vida a mi lado? —
Lo pensó un momento.
—Si. Me basta, pero solo por ahora—.
No se rendía, solo lo dejaba correr, estaba seguro que muy pronto volveríamos a tener esta conversación, pero agradecía que lo dejara hasta aquí…Por hoy.
Nuestras miradas se encontraron, la amaba más que a nada en esta existencia.
Y la bese… la bese con pasión en mis labios, con mi ser, lo hice mirando el futuro lleno de esperanza ,con mi corazón que le pertenecía y con toda mi alma.
FIN DEL PRIMER LIBRO
El FanFic continua en
Noche Eterna
“El dolor de Edward Cullen”
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Noche Eterna
“El dolor de Edward Cullen”