CAP. 22 FAN FIC "SOL DE MEDIA NOCHE"

Bueno chicos como lo prometí, aquí les dejo el ante penultimo capítulo del fan fic de ALEXA CULLEN ^.^
Y mañana tendremos el ULTIMO CAPÍTULO U.U... nuestra querida amiga GABRIELA me dejo su comentario que si queria seguir el siguiente FAN FIC el cual es la contra parte de "LUNA NUEVA" desde el punto de vista de mi amadisimo EDWARD, pero bueno mejor lean y disfrutenlo!!

Capítulo 22
En Casa



Nos tomó algo de tiempo pensar en alguna buena manera de distraer a Bella para que no se enterara de nuestro propósitos.
Cuando llegamos a mi casa Alice y Esme la tomaron por los codos para llevarla al segundo piso.
Luego lo único que pude escuchar fueron las palabras de protesta de Bella, sin embargo no dio mucha pelea.

Solo me tomó unos minutos el estar listo, me encontraba un poco nervioso, sin duda era una ocasión muy especial.

Traté de hacer cualquier cosa para distraerme, pero fue inútil y solo pude esperar a los pies de la escalera a que Bella estuviera lista.

Aquellos días parecían solo un sueño lejano… Mas bien una pesadilla…




““—Soy el Dr. Carlisle Cullen, ella es mi paciente. Ha tenido un accidente—. Le decía al paramédico.

Debía separarme de ella nuevamente, desesperadamente rogué para que me permitieran ingresar a la sala de emergencia.

—No Edward, espera a Alice, es lo mejor hijo, yo me haré cargo—.

Las horas me parecieron días, no quería ver a Bella tras los ojos de mi padre, no quería ver su cuerpo desnudo tras los ojos de las enfermeras.
Solo imaginar su delicado cuerpo maltratado me rompía el alma, no quería vivir con esa imagen en mi mente.

Alice estaba orquestando toda la farsa sobre el supuesto accidente de Bella.

Emmett y Jasper viajaban de vuelta a Forks para tratar de encontrar a Victoria.

Y yo solo podía pasear de lado a lado, esperando alguna noticia.

—Edward—, Dijo mi hermana.
Podía ver que trataba de ocultar su propio dolor, había visto el vídeo.

—Se han creído todo hermano, dicen que nos podemos quedar todo el tiempo que sea necesario y que todos los gastos serán asumidos por la gerencia—

—No pienso moverme de aquí—. Le dije.

—Edward, no he tenido tiempo… Edward, no sabes cuanto lo siento, todo ha sido culpa mía, pero no he podido evitarlo, no sabes cuanto amor siento por Bella. Tu sabes que en mi interior quiero que ella sea nuestra igual, quiero que este a nuestro lado por siempre, pero también se cuanto eso te hace sufrir.
Te prometo que nunca, mírame Edward… Nunca mas volveré a fallar en protegerle, te lo juro—.

—No ha sido tu culpa Alice, todo esta bien, créeme que no tengo ningún sentimiento encontrado. Yo solo quiero que ella este bien—.

—Haaaa. No te preocupes, estará bien. Veo… veo que descansará un par de días, pero estará bien, ahora a lo único que debes temer es a la reacción de sus padres—.

—Mmm ya me tenía eso. Podrías tu…?—

—Vale, no te preocupes yo los llamo—.

Mi padre estuvo a mi lado al hablar con ellos, aunque Alice les había asegurado que ella se encontraba bien y fuera de cualquier peligro pero Charlie llegó muy nervioso.
Se encontraba muy molesto conmigo, cada cierto tiempo podía escuchar algo así como maldiciones en mi contra.

Reneé me dedicó una larga y minuciosa mirada, verdaderamente sus padres eran seres muy extraños, ya podía ver de donde sacaba todas sus cosas Bella.
Cada ciertas horas llegaba alguna enfermera que me preguntaba si había comido algo y cosas por el estilo y eso me molestaba ya que no tenía tiempo para jugar ha ser humano.

En la tarde del segundo día por fin despertó, lo primero que hizo fue tratar de sacar la pequeña manguera de oxigeno que estaba en su nariz.

—No lo hagas—. Le dije, tomando su pequeña mano entre las mías.
Me encontraba muy cerda de ella, con mi mentón apenas descansando en un extremo de su almohada.
— ¿Edward? — Preguntó mientras volteaba levemente su cabeza. Sus ojos se dilataron al enfocarse en los míos. — ¡Ay, Edward! ¡Cuánto lo siento! —. Dijo de pronto muy angustiada.

—Shhh... Tranquila Bella ahora todo está en orden, no te exaltes mi vida, todo esta ok.

— ¿Qué sucedió? —.

Traté de relatarle lo que había sucedido, omitiendo los detalles de las desesperadas horas que había pasado antes de encontrarla.

— ¡Qué tonta fui! Creí que tenía a mi madre en su poder—.

El nos había engañado a todos, pero aquello ya estaba en el pasado.

—Necesito telefonear a Charlie y a mamá — Dijo muy preocupada.
Solo ella podía estar en un hospital, después de haber estado casi al borde de la muerte y seguir preocupada por los demás.

Le conté que Alice los había llamado y que se encontraban en la cafetería.

— ¿Están aquí? —. Dijo con incredulidad al mismo tiempo que intentaba sentarse en la cama.

¿Que creía que estaba haciendo?. La tomé suavemente por lo hombros y la obligué a recostarse nuevamente.

—Van a volver enseguida, fueron a comer algo, no te preocupes, tú necesitas permanecer en reposo—

Su cara se volvió mas blanca que el papel, quería saber que le habíamos dicho a su familia sobre el accidente.

—Rodaste por dos tramos de escaleras antes de caer por una ventana—. Me alejé un poco para poder estudiar su expresión, se había quedado con la boca abierta. —Has de admitir que pudo suceder—. Le dije cerrándole un ojo y sonriendo.

Pero Bella no sonrió, solo suspiró un poco y pude ver como le dolían las costillas rotas.

— ¿Cómo estoy? — Quiso saber.

—Mmmm a ver:

1 pierna rota; 4 costillas en las misma condiciones; varias contusiones en la cabeza. Ah!! y su cuerpo estaba completamente morado.
Sin contar con la gran perdida de sangre que había sufrido—. (culpa de James y mía al extraer el veneno). —Te han efectuado varias transfusiones, no me gusta, hizo que olieras mal durante un buen tiempo—.

—Eso debió de suponer un cambio agradable para ti—.

Pero a mi me encantaba la forma en que olía.

Quería saber como había logrado extraer el veneno sin haberle matado.
Pero creo que se resumía a que la amaba, si no la amara de la forma en que lo hacia, estaba seguro que no me hubiera podido detener.

— ¿No tengo un sabor tan bueno como mi olor? —.

Pero era peor y mejor.
Era peor por que había podido comprobar que ella era lo mas dulce y sabroso que existía en el mundo.
Ni en mis sueños hubiera podido imaginar un sabor como el suyo, su sabor era mil veces mejor, es mas si no la hubiera probado, diría que es imposible que alguien tuviera ese sabor.

—Lo siento —. Dijo, pero nada era su culpa, nada podía hacer, era como pedir disculpas por respirar, o por vivir.
Sin embargo, había otras cosas de las que si era culpable, cosas que debería aprender a evitar.

—Tienes mucho por lo que disculparte—.

— ¿Por qué debería disculparme? —.

—Por estar a punto de apartarte de mí para siempre—.
Por hundirme en la desesperanza y el descontrol

Pero Bella verdaderamente lo sentía, lo podía escuchar en su voz, en el brillo de sus ojos.
La reconforte diciendo que la entendía, posiblemente yo habría hecho lo mismo si se tratara de ella, pero ella debió habérmelo dicho.

—No me hubieras dejado ir—. Dijo defendiéndose.

Y la verdad era que no, no la hubiera dejado ir, aunque peligrara el mundo entero.

Bella esbozó una mueca de dolor, seguramente no era bueno que estuviera hablando tanto, debía descansar.
Pero tenía otro arsenal de preguntas. Una tras otra las fui contestando.””




De pronto recordé el sonido que emitía el holter cada vez que la besaba y no pude evitar reírme.

En ese momento Emmett entró en el vestíbulo y se me quedó mirando con la boca abierta. Traté de decir algo a mi favor pero el solo se dio la vuelta y me dijo dándome la espalda:

—Créeme. No quiero saber—.

““Este chico cada día esta mas loco. ¿Y ahora que puedo hacer?. No creo que Rosalie quiera….””

Y lo deje solo con sus pensamientos.


Verdaderamente se estaban tardando demasiado. ¿Pero que podrán estar haciendo?. Me habían hecho prometer que no espiaría, así que no me quedó mas remedio que seguir mis pensamientos…


““… Recordaba claramente como le dijo a su madre que quería vivir en Forks, claro yo permanecía recostado a unos pocos metros fingiendo que dormía.

—Mamá — Le dijo. Quiero vivir en Forks.
Tengo un par de amigas y el Instituto me agrada, ya me he acostumbrado.
No quiero dejar a Charlie, mamá, vive muy solo, no tengo idea como ha logrado sobrevivir todos estos años si ni siquiera sabe cocinar.

— ¿Quieres quedarte en Forks?. ¿Por qué? —

—Ya te dije mamá…—

—Bella, cariño, tú odias Forks —. Su madre parecía muy segura de eso.

—No es tan malo—.

Pero su madre logró adivinar que yo era el causante de ese drástico cambio en Bella y claro ella no pudo mentir a su madre.

Reneé era muy extraña, me había hecho una idea de ella, por lo que me decía Bella, pero comprobé que era tan intuitiva como ella.
Habíamos hablado muy poco, ya que se entendía de padre a padre con Carlisle, pero eso le basto para darse cuenta que yo estaba completamente enamorado de Bella.

No había terminado de cerrar la puerta cuando estuve nuevamente a su lado.

Estúpidamente traté de hacerla entender que ir con su madre era lo mejor que podía hacer.
Que poner un poco de distancia entre los dos era lo mejor para ella.
Pero con cada palabra que pronunciaba era como cavar mi propia tumba, sabía perfectamente que no podría vivir sin ella, sin caer en la locura.
Ya había vivido el sentimiento de su perdida y eso quemaba como el mas letal de los venenos.
Denme mil veces ese dolor y lo soportaría mejor que vivir sin ella.

Bella se había quedado helada, con la mandíbula apretada, su corazón latía ahora mas rápido y justo en ese momento entró una enfermera.
Me quede muy quieto en mi silla, no muy lejos de Bella. La enfermera no paraba de controlar su estado, poniendo mayor atención en las pantallas de los indicadores.

—¿Como te encuentras cariño, tienes mucho dolor?. Te puedo dar mas calmantes, si los necesitas.

—No, no. No necesito nada—. Parecía que se ahogaba con sus propias palabras. Podía ver el esfuerzo que estaba haciendo por no largar a grita y llorar.
Me golpee mentalmente por no dejar de herir a Bella. ¿Por que si la amaba mas que a nada, no paraba de hacerla sufrir?

Era un estúpido, estúpido. ¿Que quería lograr con eso?

—No hace falta que te hagas la valiente, cielo—. Le dijo la enfermera. —Es mejor que no te estreses. Necesitas descansar—

Pero Bella no le contesto y solo negó con la cabeza.

—De acuerdo. Pulsa el botón de llamada cuando estés lista—.

Apenas salió de la habitación me acerque nuevamente a ella, tomé su rostro entre mis manos. Se encontraba realmente alterada.

—Shhh... Bella, cálmate.

—No me dejes, por favor no me dejes —. Me dijo en un hilo de voz.

—No lo haré. Te lo prometo, discúlpame no he querido ser un idiota, no se por que lo he dicho, discúlpame amor mío—. Me acerque un poco mas para poder besar sus labios temblorosos.
—Te amo Bella, te amo, no sabes lo asustado que he estado al pensar que te perdía te amo—

La bese una y otra vez.

— ¿Juras que no me vas a dejar? —.

—Bella, no pienso irme a ningún sitio, estaré aquí tanto tiempo como me necesites—.

—Júramelo—. Me dijo alejándose un poco para contemplar mejor mi rostro.

—Lo juro—. Le dije, acercándome nuevamente hacia ella. — Juro que no me marcharé mientras me necesites—.

—Eso no es justo Edward, además te necesitare siempre, por siempre—.

La contemple un momento, mi respuesta no le satisfacía en lo mas mínimo.

— ¿Por qué has dicho eso? —. Me recrimino. —¿Te has cansado de tener que salvarme todo el tiempo? ¿Quieres que me aleje de ti? —

Nuevamente sentía aquel dolor en el pecho al pensar en estar lejos de ella.

—No, no quiero estar sin ti, Bella, por supuesto que no, sé racional y tampoco tengo problema alguno en salvarte de no ser por el hecho de que soy yo quien te pone en peligro..., soy yo la razón por la que estás aquí.

Bella no entendía o no quería entender que yo era el causante de todo lo que había sucedido, no me veía como el causante, me veía como su salvador.

No se en que momento todo cambio de rumbo.
Solo se que ella me pedía que no la dejara y yo trataba de prometerle que no lo haría y ¡Pum! de pronto ella quería saber por que no había dejado que James la convirtiera en vampiro.
Toda la escena era tan confusa, al parecer estaba mas informada de lo que yo hubiera querido, creo que había sido muy especifico con Alice al recalcarle que “Nada de historia”. Pero como siempre, supongo que Bella se había salido con la suya.


— ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué no te limitaste a dejar que se extendiera la ponzoña? A estas alturas, sería como tú—.

Me encontraba verdaderamente molesto, seguro que con lo obstinada que era no dejaría de darle vueltas al asunto y no era el momento ni el lugar para hacerlo.
Pero como molestarme con ella, si estaba así por mi culpa, toda amoratada, maltrecha, eEra tan indefensa, tan delicada, tan…tan exquisita.””



Los gritos de Rosalie llamaron mi atención.
Emmett pasó corriendo por la sala.

—Shhhh. No le digas por donde me fui, por favor—.

Estaba verdaderamente asustado y corría como si lo persiguiera el diablo, bueno creo que esa es una buena descripción de mi hermana.

—¿¡Donde esta!? —. Me preguntó muy molesta.

Tenía el cabello todo despeinado y cubierto de hojas secas, pensándolo bien, parecía un gran nido de pájaro.

Yo me encogí de hombros y negué con la cabeza.
Me miró con los ojos llenos de rabia y salió dando grandes gritos de advertencia.

—¡No te puedes esconder de mi Emmett. Tarde o temprano te encontrare!—. Y salió a toda carrera tras de el.
En su mente ya planeaba una y mil formas de torturar a mi pobre hermano.

Sin lugar a duda eran el uno para el otro. Creo que todos estaban hechos los unos para los otros.
Carlisle y Esme eran muy parecidos en sus formas y pensamientos.
Jasper y Alice tenían el equilibrio perfecto.
Emmett y Rosalie eran altamente explosivos y pasionales.
Y luego estábamos Bella y yo, la pareja mas dispareja que alguna vez se hubiera formado.

Pero yo era feliz de esa manera. ¿Y eso no es lo que importa? Claro que me hubiera gustado que Bella también se sintiera de la misma manera.


““—Soy— la primera en admitir que carezco de experiencia en las relaciones —. Dijo aquella tarde en el hospital. —, pero parece lógico que entre un hombre y una mujer ha de haber una cierta igualdad, uno de ellos no puede estar siempre lanzándose en picado para salvar al otro, tienen que poder salvarse el uno al otro por igual.

La contemple, sabía perfectamente a lo que se refería, sin embargo que más podría pedirle, ya había echo tanto por mi.
Pero no sería yo quien terminará con su existencia humana para que estuviera toda la eternidad junto a mi.

—Tú me has salvado —. Le dije sinceramente, me había rescatado de mi eterna noche. Había llegado a mi vida la iluminaba como lo hace el sol del medio día.

—No puedo ser siempre Luisa Lane. Yo también quiero ser Superman—.

Pero no sabía lo que me estaba pidiendo, no sería yo quien la condenara eternamente a las tinieblas, no condenaría su alma inmortal a vagar junto a mi hasta el fin de los días.

Traté por todos los argumentos de hacerla entender pero nada resultaba, hasta que por fin di en el blanco.

— ¿Y qué pasa con Charlie y Reneé?—.
Justo como lo pensé, no tenía respuesta a eso, estoy seguro que ni siquiera había pensado en ellos.
Abrió su boca para decir algo pero no lo hizo, seguramente estaba tratando de darme las mejor de su respuestas o la mejor de sus mentiras.


—Mira, eso tampoco importa. Reneé ha efectuado las elecciones que le convenían... Querría que yo hiciera lo mismo, Charlie es de goma, se recuperará, está acostumbrado a ir a su aire, no puedo cuidar de ellos para siempre, tengo que vivir mi propia vida.

Ah!! Justo lo que estaba esperando, aquella discusión había terminado…

—Exactamente —. Le dije triunfante. —Y no seré yo quien le ponga fin—.

—Si esperas a que esté en mi lecho de muerte, ¡tengo noticias para ti! ¡Ya estoy en él!.

—Te vas a recuperar — Le dije rodeando los ojos.

—No — dijo muy lentamente. —No es así—.

¿A que se refería?. Posiblemente pensaba que estaba peor de lo que yo le había dicho.

—Por supuesto que te recuperaras. ¿De que estas hablando? Tal vez te queden un par de cicatrices, pero...

—Te equivocas — Dijo sin dejarme terminar. —Voy a morir—.

Pobre Bella, de verdad pensaba que su estado era de suma gravedad.

—De verdad, Bella. Vas a salir de aquí en cuestión de días, dos semanas a lo sumo—. Le dije tratando de reconfortarla.

Pero ella no dijo y me miró largamente a los ojos.

—Puede que no muera ahora, pero algún día moriré, estoy más cerca de ello a cada minuto que pasa. Y voy a envejecer—.

Maldición… Me había pillado con la guardia baja, no lo había visto venir.
Cerré mis ojos, masajeando mis sienes con la yema de los dedos.
Que tonto, estaba hablando del ciclo de la vida. Como deje pasar aquello.

—Se supone que la vida es así, que así es como debería ser, como hubiera sido de no existir yo, y yo no debería existir—.

Eso era algo que yo no estaba dispuesto a discutir, simplemente estaba fuera de tema.
Me comparó con ganarse la lotería y aquello me pareció muy gracioso de verdad.
Yo no era ni un premio de consuelo.
Pero ella insistía que era mucho mejor que un premio.
Para ser sincero ya no tenía ganas de seguir hablando del asunto y le dije medio molesto.


—Bella, no vamos a discutir más este tema, me niego a condenarte a una noche eterna, fin del asunto—.

Bella se había quedado callada y con la mandíbula apretada, resoplando por la nariz.
Prácticamente le salían chispas por los ojos, era tan divertido verla toda vendada y con esa cara de furia.
Abrió la boca y dejo salir:

—Me conoces muy poco si te crees que esto se ha acabado, no eres el único vampiro al que conozco—.


¿Maldición, es que esta chica nunca estaría quieta? ¿Y a quien recurriría? Maldición, no debí permitir que pasaran tanto tiempo juntas y a solas.

—Alice no se atrevería—.

¿Tan pronto se había formado un vinculo entre ellas? Eso era imposible si apenas fueron un par de días.

Bueno tendría que hablar seriamente con mi hermana.
Primero debía saber que y por que le había contado todo aquello a Bella.
Y debía aclararle que estaba estrictamente prohibido morder a mi novia.


—Alice ya lo ha visto, ¿verdad?. Por eso te perturban las cosas que dice, sabe que algún día voy a ser como tú...

¿Eso lo había adivinado o se lo había contado mi hermana?. Grrrrrr No veía la hora de hablar seriamente con ella.

Pero Alice se equivocaba yo había visto a Bella muerta y ella se encontraba a mi lado, solo a unos centímetros de mi, dándole vueltas a un tema que yo ya había concluido; estábamos en un punto muerto, de eso no había duda.

A pesar de querer parecer fuerte, ruda y todas esas ridículas cosas Bella dejó escapar un
¡Ay! y mintió al decir que se encontraba bien.
Llamé a la enfermera para que le diera unos calmantes.
Tal vez con eso calmara también su lengua.

Cuando la enfermera se fue corrí nuevamente a su lado.

“Quédate” me dijo ella cerrando los ojos, el tranquilizante hacía efecto rápidamente.
Le prometí que lo haría, le prometí que me quedaría todo el tiempo que esto la hiciera feliz y el tiempo que eso fuera lo mejor para ella.
Claro que a ella no le agradaba mi respuesta, pero no podía seguir discutiendo.

Me incliné un poco para decirle que la quería al oído.

—Yo, también—. Me dijo apenas con lo ojos cerrados.
Yo ya sabía que me quería pero era tan exquisito oírlo una y otra vez.
Bella ladeó levemente su cabeza buscando mis labios.
Mantenía los ojos cerrados y sus labios entreabiertos. Imposible resistirme.
La bese tiernamente, solo un segundo.

—Gracias — Dijo en un suspiro y luego se durmió.

La contemple dormir, como lo venia haciendo estos últimos siete meses.
Sus palabras retumbaban en mi conciencia.
Había tanto que Bella quería y yo no podía darle.
Hasta cuando podría aguantar sin rebelarse, sin sacarme en cara todas esas cosas.
Tantas preguntas, tantas necesidades que no podía cumplir.””


En esos momentos escuche las risas de Alice y Esme, al parecer estaban orgullosas de ellas mismas.

Impaciente no sabía si subir las escaleras o esperar a que ellas bajaran.

Y entonces la vi como no lo hice la primera vez.

Bella estaba simplemente encantadora, era la criatura mas hermosa que había visto.
Bajaba las escaleras lentamente ayudada por Alice y Esme.
Verdaderamente no se que cara puse en ese momento pero mi madre me miraba con los ojos llenos de alegría.

Me adelante un escalón para tomarla por la cintura.

—Bienvenida de vuelta—. Le dije, inclinando mi frente a la de ella.

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