CAPÍTULO 3
De Padre a Hijo
Alce mi rostro al cielo mientras Bella besaba mi cuello.
—No… Bella… De… tente—. Dije abriendo mis ojos mientras jadeaba incontrolablemente.
—Edward… Te amo. Amo tu ser, tu mente, tu cuerpo frío. ¿Sientes mi corazón, sientes como late por ti?—.
—Si, lo siento. Lo escucho fuerte y claro. Y eso es lo que estoy protegiendo en este mismo momento Bella.
También te amo y no sabes lo mucho que te deseo en este mismo momento.
Pero mi amor es más grande que mi deseo por ti—.
Le sostuve por los hombros, obligándole suavemente a alejarse de mi.
—Disculpa mi comportamiento ahí afuera. No me hace feliz negarte algo, pero por favor entiende mi posición.
Estaba dispuesto a ir hasta La Push por ti.
¿No entiendes Isabella Swan que estoy dispuesto a hacer cualquier cosa por mantenerte a salvo, aun a costa de mi propia existencia?. ¿Es realmente tan difícil de entender?—.
— Y para ti es tan difícil comprender que…—.
Puse uno se mis dedos sobre sus labios impidiendo que terminara la frase o que pronunciara nuevamente ese maldito nombre.
—Para ser sincero… si. Me cuesta entender esta…. Necesidad de estar junto a él, de sobre exponerte al peligro.
¿Acaso no me amas lo suficiente?—. Dije acercándome nuevamente hacia ella.
Mis labios buscaron la hendidura detrás de su oído y de pronto era ella la que jadeaba ruidosamente.
Fueron las pisadas de su padre subiendo las escaleras lo que obligó a separarme de ella.
—Será mejor que me marche, ahí viene tu padre a darte las buenas noches—. Le dije tristemente. —Además tengo que ir a casa, no sea que a mi hermana se le ocurra arrendar un avión privado para llevarnos a Florida—.
Bella me miró con los ojos llenos de espanto. Sonreí y salté por su ventana solo un segundo antes que su padre abriera la puerta.
—Pero hija, ¿No crees que hace demasiado frío para tener la ventaba abierta?—. Dijo él mientras me adentraba en el bosque.
Llegué a casa demasiado rápido.
Mi coche estaba estacionado frente a la casa y Alice se encontraba sentada sobre el capó de este.
—¿Es necesario que trates mal a mi pobre coche?—. Le dije de muy buen humor. Extrañamente así me encontraba. Tal vez por el hecho de evitar la huida de Bella.
—Lindo susto que nos haz dado, Carlisle y Jasper prácticamente tuvieron que retener por la fuerza a Emmett que quería correr a tu lado para destrozar un par de licántropos.
Además no se para que tienes un teléfono móvil si cada vez que sucede algo lo tiras por ahí.
¿Acaso no aprenderás nunca?—.
Me permitió ver en su recuerdo toda la escena de Emmett tratando de salir corriendo para ir en mi ayuda y el caso omiso que hacía a las palabras de Alice mientras ella le aseguraba que todo estaba bien y que yo estaba a salvo en casa de Bella.
—No entiendo hasta cuando te empeñaras a tratar de doblar la mano al destino, parece que entre más te esfuerzas en hacerlo, más complicaciones acarrean tus actos—.
—¡No es justo que me digas esto, tu sobre todo!. Debería entender, sobre todo por todo el cariños que sientes por ella. ¿Si en tus manos tuvieras la oportunidad de brindarle otra vida a Jasper, acaso no harías todo lo que fuera necesario para ello?.
Alice se mordió los labios mientras hacia una mueca de dolor en el rostro y en su mente.
Muchas veces se había puesto en mi lugar, sintiendo pena por las tribulaciones a las cuales me veía constantemente sometido.
—Soy mucho menos fuerte que tu, pero creo que también habría luchado por hacerlo, tal y como lo haz hecho hasta el momento—.
—Y seguiré luchando Alice, seguiré intentando doblar la mano al destino como tu dices, de eso no hay duda alguna—.
—Ok. He sido una tonta—. Hizo una mueca y sacó su pequeña lengua. —Pero es solo por que he temido por ti…. Otra vez—.
—Lo se. Se que me he comportado como un estúpido. ¿Pero que más puedo hacer?
Además creo que seguirá intentando ir a la reservación—.
Yo estaré pendiente de ella pero solo con una condición.
—“Y no leas mi mente, no leas mi mente, no leas mi mente, no leas mi mente, no leas mi mente, no leas mi mente”—. Pensaba ella tercamente.
—¡Esta bien, esta bien!—. Suspiré resignadamente. —¿Cual es la condición?—.
—Cuando llegue el momento en que ella lo intente…o si en algún momento lograra ...—.
Un gruñido subió por mi garganta y retumbó en el bosque contiguo.
Como consecuencia a ello mi familia completa salió a verificar con sus propios ojos lo que sucedía.
—“¡Rayos Edward…. Contrólate!. ¡Maldición!. Esa… era… la condición. ¡Rayos, rayos!. — Maldijo Alice en su mente.
—Creo que debemos hablar Edward—. Dijo Carlisle al ver la expresión de mi hermana.
—Creo saber de que se trata—.
—De todas maneras, me gustaría intercambiar algunas ideas contigo—. Dijo mi padre mientras se alejaba de la casa.
Le seguí, tratando de silenciar las voces de mi familia en mi cabeza, sobre todos las de Rosalie que no paraba de insultarme.
—Sígueme—. Agregó mientras se lanzaba entre los árboles.
Corrimos por el bosque, uno al lado del otro como hace años, cuando el trataba de animar mi existencia solitaria.
—No es necesario que hagas esto Carlisle, hace décadas de que deje de ser un niño—.
—Siempre sentiré el amor de un padre por ti Edward, aun cuando formes tu propia familia—
Vi en su mente el significado de sus palabras.
—¿Es eso lo que preocupa?. ¿El que me marche?—
—No específicamente. Temo la separación, tanto como Esme.
Pero temo más perder a alguno de ustedes para siempre—.
Dejo de correr y me detuve solo unos metros más adelante. En silencio esperé que continuara.
—Hoy Emmtt estaba dispuesto a pelear con los licántropos y con ello habría arrastrado a toda la familia.
Estoy esperando que encuentres la solución para los problemas que enfrentas para defender la humanidad de Bella.
Te niegas a convertirla, te es imposible vivir sin ella pero te niegas a dejarle su libertad.
¿Que es lo que temes hijo? No te entiendo en estos momentos. Su amor por ti es tan grande cómo el tuyo. ¿Crees acaso que ella tenga algún sentimiento por este chico Black?
Y si fuera así, ¿no sería justo para ella el dejarle elegir?—.
—No… Si…. No lo se Carlisle—. Cerré los ojos y sentí el contacto de sus manos en mis hombros, los abrí para ver la comprensible mirada de mi padre.
—Es más que eso. Continué. Temo muchas cosas en estos momentos. El que sienta algo por él es solo una de ellas. Y claro que le dejaría elegir Carlisle, lo haría. Pero elegirlo a el es elegir la muerte segura.
Esos sucios animales no son capases de controlarse. Eventualmente ella saldría lastimada—.
—Es muy posible. Pero creo que ellos podrían decir lo mismo de nosotros. Estoy seguro que a sus ojos somos iguales de peligrosos.
Sin embargo aquí estas, haz vencido cada uno de tus instintos para mantenerle a salvo. Es ridículo pensar que tu eres el único que haría algo así por ella—.
—¿Que me estas pidiendo Carlisle?—. Le dije alejándome de él.
—Lo que estoy diciendo es que deberías pensar que en estos momentos es que la transformación de Bella es la única manera de mantenerle a salvo—.
¿Cómo, tu también piensas igual que Alice. Que han hecho, han hablado de mi a mis espaldas?—
—Si eso crees, estas muy equivocado. Es por esto que no he querido decir palabra alguna en casa. Creo que este esto solo te compete a ti y tu debes decidir sin que nadie mas interfiera.
Alice dice que Victoria se acerca y ya sabes que esta es solo la segunda vez que lo intentará no será la ultima.
¿Cuantos años piensas exponerla. Uno, tres, cinco?—
—Los que ella quiera Carlisle—. Le dije fieramente. —Los que ella quiera. No es tu decisión ni mía, ni de nadie. Es solo de ella, no la forzaré y mucho menos por un vampira psicópata.
Lo único que quiero saber es si podré contar contigo o debo marcharme ahora—.
—No estoy aquí para eso Edward? ¿Como puedes dudar?
Estoy aquí para pedirte de una vez por todas que confíes en tu familia.
No estuvo bien que salieras corriendo para ir a la reservación y exponerte y con eso a toda la familia.
De ahora en adelante las decisiones se tomarán entre todos, es lo único que pido—.
Sabía que él tenía razón.
Nuevamente había actuado como un tonto. Peor que un sucio licántropo, dominado por mis sentimientos.
Había expuesto a mi hermano a mi familia.
Mi padre tenía razón esa debía ser la última vez que actuara de esa manera.
—Lo siento—. Dije apretando los puños demasiado molesto con migo mismo. —Estoy luchando Carlisle, estoy luchando—.
—Lo se hijo, lo se. Todo esta bien Edward. Todo saldrá bien.
Es solo que no quiero perderte otra—.
—Padre… —. Logré decir. Las palabras se atoraron en mi garganta mientras él me abrazaba fuertemente.
—Ahora cuentame de que trata este asunto del viaje—. Dijo mientras me soltaba y comenzábamos nuestro retorno a casa.