Una Relación Muy Extraña

Capítulo VI
Locas decisiones

Abrí la puerta, y lo único que pude ver fue a Jake recostado en la cama mirando por la ventana. Me acerqué y le di un beso en la mejilla.
-Hola, lobito.
-Hola, Ness- me dijo con una voz fría y sin voltear hacia mí.
-¿Todo bien?- pregunté tomándolo de la mano.
-Pues… no todo.- tomé un respiro, me ponía los nervios de punta que se comportará así.
-¿Qué sucede?- volteó su rostro para mirarme esta vez.
-¿Y si tu padre tiene razón? ¿Y si soy tan peligroso cómo tu mamá en una motocicleta?Reí un poco, lo que mi mamá había pasado en la motocicleta, era una historia que nadie de la familia podía olvidar y que me habían contado desde pequeña.
-Jake, ya conoces a mi papá, él exagera mucho las cosas y pues…
-No, Nessie. Tiene razón, te pudimos haber hecho daño.-me interrumpió
-Jacob, no pasó nada…
-Pero pudo haber pasado. ¿Qué haría yo si algo te pasará algo?
-No te preocupes por eso ¿sí?, ahora sólo recupérate.-
Volvió a mirar hacia la ventana y supe que lo mejor era dejarlo solo.Decidí dejarlo descansar, que sólo discutiría con él en estos momentos. Lo besé en la mejilla de nuevo y salí…
-Descansa.-fue lo último que le dije al abrir la puerta.
No tenía ganas de comer nada, no sentí frío ni calor. Estaba en otro mundo. Parecía que mi mente estaba en blanco pero llena de preguntas. ¿Y si mi padre tenía razón? ¿Jake era peligroso? ¿Algún día podrían convivir en paz Jake y Rosalie?...Sabía que Jake, nunca me haría daño, pero cuando un licántropo pierde el control… Tan sólo la historia de Sam y su impronta Emily, una historia que había escuchado en cuanto me enteré de la impronta de Jake. Él me amaba, de eso no había duda, pero las probabilidades no desaparecían con saber eso.Salí a dar un paseo por el bosque, el aire fresco me vendría bien.Entre arbustos, árboles y musgo me sentí mejor que dentro de mi propia casa. Mis preguntas aún no se habían abierto paso hacía el pasado, nunca había pensado en el hecho de que Jake era diferente a mí. Que, a pesar de ser mitad humana-mitad vampiro, era muy frágil en comparación con mi familia.Me senté sobre un tronco, respire cada milímetro cúbico de aire a mi alrededor en aquel tranquilo bosque y estuve pensando sobre la mejor solución para la seguridad de Jacob y la mía.No encontré respuesta.Volví a casa después de una cuantas horas, casi anochecía, estaba justo frente a la puerta, respire profundo y entré a la casa.
-Es lo mejor- escuché a mi padre decir en la sala.
-Edward, piénsalo bien, es demasiado, piensa en Nessie.- le dijo mi madre sin darse cuenta de que yo ya estaba ahí.
-Hola, hija- saludó mi madre, tratando de disimular.
-¿Qué sucede conmigo?-pregunté antes de sentarme junto a ellos.
-Lo que pasa es que…-Nos vamos a mudar- interrumpió mi papá.
-¿A dónde?- pregunté impaciente
-A Quebec, Canadá- contestó mi mamá con la voz temblorosa.
-¿Qué? ¿Por qué? ¿Y Jake, dónde está?-Al menos quería saber si él tenía idea de lo que mi padre había decidido.
-Carlisle fue a dejar a Jacob al límite antes de La Push, y ya está enterado de esto… Nos mudaremos porque es lo mejor para todos.-me dijo con mucha tranquilidad.
-¿!Qué!?- volví a repetir, no podía creerlo, me separarían de Jacob por una estúpida pelea.
-Nos vamos mañana.- dijo mi papá resaltando la última palabra y sin decir más, salió de la habitación.
-¡Mamá! ¿Por qué? ¿Por qué no le dijiste nada a mi padre?
-Lo siento, pequeña. Tu padre ya lo decidió y es muy difícil hacer que se retracte.
No supe cuándo, pero de un momento a otro mis mejillas ya estaban empapadas. Termine en el piso con mis brazos alrededor de mis rodillas. Sentí como si me hubieran destrozado, que cada parte de mi cuerpo estaba en un lugar diferente; mi corazón se había ido con Jacob, es lo único que podía asegurar.Sabía que mi mamá me estaba diciendo algo para consolarme, pero mis sentidos… NO TENÍA SENTIDOS. Ni siquiera sabía si aún respiraba. Me tendría que separar de Jacob, mi Jacob. ¿Por qué? ¡No es justo!Las lágrimas no se detuvieron, quería gritar, quería golpear todo lo que estaba a mí alrededor, pero mis músculos no me respondieron y mi garganta no emitía sonido alguno. Mi cabeza pesaba toneladas; la detuve pegando mí frente a mis rodillas. Cerré los ojos lo más fuerte que pude e intenté tranquilizarme. Tomé varios respiros para construir fuerzas y ponerme de pie. No logré nada. Mi cuerpo entero se quedó inmóvil, ya no sabía si mi mamá seguía ahí o había ido a empacar con mi padre.Mi tío, Emmett, me tomó entre sus brazos e intentó levantarme. Me aferré al suelo pero no sirvió de nada. En menos de un segundo me encontraba en mi habitación, recostada y acompañada por mi madre, Alice, Jasper y mi abuelita Esme.Gracias al don de mi tío, después de unos minutos, me tranquilicé.
-¿Estás mejor, linda?-preguntó Esme acercándose a mí.No respondí. Aparté la mirada.
-Renesmee, todos sabemos cómo te sientes, pero no podemos hacer nada si tu papá lo tiene decidido.-dijo mi madre.
-Convencer a Edward de cualquier cosa es más difícil que ver tu futuro-intentó bromear Alice. Ni una pequeña sonrisa se formó en mi rostro, no quería ser grosera con mi familia, los amaba pero la situación me tenía, como decía Jake “cómo lobo fuera de su manada”.
-Lo siento.-se disculpó mi madre.
No podía verlos a la cara, mis ojos se fijaron en lo que tenía en mi mesa de noche, una fotografía que había tomado Seth hace unos meses, un día en La Push; Jacob y yo tomados de la mano, mirándonos el uno al otro, frente al mar, durante el atardecer.
Recuerdo que había ido a La Push porque mi abuelo Charlie quería verme, costó mucho convencer a mis padres pero logré ir.Esa fotografía era muy especial. Y por lo que entendía, la última que tendría con Jake.

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