Estuvimos en mi habitación un divertido y lindo rato, hasta que mi papá subió para avisarnos que mi abuelita Esme nos había hecho de comer. Estaba tan emocionada que no tenía hambre. Cuando íbamos bajando, Jake y yo estábamos tomados de la mano, y podía sentir la mirada asesina de mi padre, no me importó.
-Hola, pequeña. ¿Estás hambrienta?- Me preguntó mi tía Rosalie al entrar a la cocina.
-Un poco.
-¿Te gustaría ensalada o sopa, para empezar?
-Ensalada, tía, por favor.
-¿Y tú, Jacob?- le preguntó con recelo.
-Lo que sea está bien, gracias.- a pesar de la actitud de mi tía, Jacob le respondió con una hermosa sonrisa.
A Jake le sirvió de todo; su apetito era como el de 6 personas juntas. Cuando Jacob terminó de comer, mi papá le pidió que fuera con él a la sala para conversar; estaba segura de que esa conversación sería sobre mí. Y claro, aunque no estuviera con ellos, desde la cocina podía escucharlos.
-Dime Edward, ¿qué sucede?- preguntó Jacob al entrar a la sala.
-Pues, supongo que ya sabes de qué quiero hablarte, ¿no?
-Tengo una idea, pero… no estoy seguro- escuché a Jake con una voz algo nerviosa.
-Es sobre Renesmee…- la voz seria de mi padre, me hizo estremecer. Jake no dijo nada y mi papá continuó…
-Yo sé, Jacob, que tu impronta es algo importante y que no decidiste, pero estoy algo preocupado por ella.
-No tienes porque, Edward, yo respeto mucho a Nessie y sabes que no la veo en forma de…
-Lo sé- lo interrumpió mi padre- pero tiene 15 años y aunque parezca de 17, aún sigue siendo mi pequeña. Siento que, ya no la vez de la misma forma que cuando era una niña.
-Claro que no la veo como antes, creció. Ella es hermosa, -enrojecí; a pesar de que no estaba en frente de Jake, lo que dijo me hizo sentir libélulas en la boca del estómago – pero para mí lo único que interesa es lo que ella desea y lo que la haga feliz, no pretendo nada que ella no quiera.
-Sólo te pido Jacob, que cuides de ella y que no la lastimes.
-Después de lo ocurrido, jamás quiero volver a verla llorar.
-Gracias.-dijo mi padre con alivio en su voz.
Jake volvió conmigo a la cocina y cuando terminé de comer me pidió que diéramos un paseo por el bosque porque tenía algo que decirme; con una pequeña sonrisa en sus labios me convenció. Cuando salimos al bosque, caminamos un largo tramo sin hablar, eso me ponía nerviosa, así que rompí el silencio.
-¿De qué querías hablar, Jake?- mi voz temblaba
-Bueno, Ness. Quería preguntarte algo…
-Suéltalo- traté de parecer intrigada y entusiasmada por saber, pero la verdad es que la expresión de Jacob me hacía sentir muy extraña.
-Aquí va…- cerró los ojos, me tomó de la mano y me puso enfrente de él.- ¿Qué es lo que sientes por mí?- me lo preguntó con una voz fría.
-Ya te lo dije, Jake. Eres la persona más importante…
-No, Ness.-me interrumpió- Eso lo sé, me refiero… físicamente- su voz se entrecortaba y yo sentía el calor en mis mejillas, su pregunta era algo difícil de responder, bueno, vergonzosa.
-Ah… bueno. La verdad es que yo siento algo fuerte por ti, Jake. Sabes que te quiero mucho y todo- nunca me había atrevido a decir “te amo”, era algo nuevo para mí -y físicamente… no es que no seas guapo, al contrario, es sólo que-puso su dedo en mis labios; de nuevo, había empezado a alardear cosas que no venían al caso.
-Ness, directo al punto por favor.
-Eres muy lindo… pero… la verdad es que…- tome aire- con… tener un beso tuyo… me basta… no quiero… nada más- mi voz se entrecortaba por la vergüenza y seguro mis mejillas estaban más rojas que antes.
-Ah… gracias.-dijo con un gesto de alivio.
Bajé la mirada.
-¿Por qué lo preguntas, Jake?
-Es que, yo le dije a tu padre, que lo único que me interesaba era lo que tú desearas, y me preocupaba que Edward tuviera razones para estar preocupado, que tonto suena eso.-la última parte, apenas la escuché, fue como si estuviese hablando consigo mismo.
-Oh-sonreí ligeramente. Él se preocupó por lo que yo quería, no por lo que mi papá le permitiera.
-Te quiero mucho, Ness. Pero no me gustaría retar a Edward.
Finalmente alcé la mirada. Me perdí en sus ojos, como de costumbre. Volvimos a caminar en silencio, esta vez, tomados de la mano. Era una maravillosa caminata, el olor del bosque, el fango y las hojas bajo mis tenis [[converse obvio]], el calor de Jake junto a mí, todo era PERFECTO.
Comenzó a llover y a mí no me molestaba el agua en mi cabello, ni en mi ropa; aunque sabía que Alice se pondría furiosa por el desastre que sería. Me encantaba escuchar la lluvia caer, me gustaba sentir las gotas en mí.
Me detuve, cerré mis ojos, alcé los brazos y como si estuviera mirando el cielo, recibí la lluvia en mi cara. De repente, sentí que alguien me abrazó por la espalda. Abrí los ojos; Jake, ¿Quién más podría ser? Él me miró fijamente y me dio un beso en la frente.
-Debemos regresar, tu mamá se va poner histérica…
-Sí-respondí con una sonrisa.
En el camino de regreso, seguíamos sin hablar. No tenía palabras, y él parecía haber quedado mudo después de aquella incomoda pregunta. Y cuando estábamos muy cerca de llegar a la casa me vino a la mente una duda, una muy extraña duda…
-¿Y tú, Jake?- ¿por qué me interesaba?... no lo sé. Pero quería saberlo.
-¿Eh?-nos detuvimos uno en frete del otro.
-¿Qué… sientes por mí,… físicamente?
Una Relación Muy Extraña
Capitulo III
Tiempo de dudas